La importancia de tomar en cuenta la diversidad genética de una especie para mejorar las decisiones de conservación y orientar futuras interrogantes de investigación.
En un reciente experimento, científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), en Panamá, liberaron en la naturaleza a cientos de ranas Atelopus varius criadas en cautiverio, donde esta especie casi ha desaparecido debido a una letal enfermedad anfibia causada por el hongo quítrido. Ninguna sobrevivió. En un esfuerzo por determinar nuevas formas de mejorar la capacidad de supervivencia en la naturaleza de esta especie en peligro de extinción, un equipo de investigadores examinó los datos genéticos de las poblaciones silvestres que han persistido.
Las ranas arlequín neotropicales o Atelopus, son un género ampliamente conocido en Panamá. Uno de ellos, la rana dorada panameña (Atelopus zeteki), es considerada símbolo nacional. Al igual que las especies estrechamente relacionadas A. varius, las poblaciones naturales de A. zeteki se han visto muy afectadas por el hongo quítrido, hasta el punto de que se considera extinta en la naturaleza. Sin embargo, aunque muy reducidas, algunas poblaciones de A. varius todavía se encuentran en sus hábitats naturales.
Esto permitió a los científicos observar cómo la genética de las ranas ha cambiado con el tiempo, al tomar muestras de estas poblaciones contemporáneas y compararlas con muestras obtenidas hace más de una década, antes de que el hongo quítrido llegara a Panamá. Encontraron algunas pistas que podrían mejorar las decisiones de conservación y orientar futuras interrogantes de investigación.
En la región de El Copé Oeste, en Panamá Central, una de las poblaciones más grandes de A. varius aún persiste en la naturaleza. Los análisis genéticos encontraron que las ranas en esta área provenían de tres antecedentes genéticos distintos. Es decir, A. varius podría haber migrado de tres regiones separadas a El Copé Oeste, trayendo nuevos genes a la población y haciéndola más resistente a las enfermedades.
Esto es importante, porque las poblaciones contemporáneas de A. varius en la naturaleza son menos diversas genéticamente que antes de la llegada del hongo quítrido, lo que podría debilitarlas y hacerlas más propensas a extinguirse. Esto significa que la reintroducción de ranas criadas en cautiverio a sus hábitats naturales, sin tener en cuenta su diversidad genética, puede no ser un enfoque exitoso para restablecer poblaciones saludables.
Otros estudios han demostrado la importancia de la diversidad genética para la resistencia a las enfermedades. Algunos también han encontrado genes que podrían estar relacionados con el sistema inmunológico de las ranas sobrevivientes, así como con la integridad de su piel, que es el principal órgano afectado por el hongo quítrido. Se necesitan más investigaciones para comprender la relación de estos genes con la supervivencia a largo plazo de las especies de Atelopus y para integrar estos hallazgos en los esfuerzos de conservación futuros.
Los miembros del equipo de investigación están afiliados a STRI, la Universidad de California, Berkeley, la Universidad de Pittsburgh, la Universidad de Nevada Reno y el Sistema Nacional de Investigación, Senacyt (Panamá). El trabajo que respalda esta revisión fue financiado por la Asociación de Zoológicos y Acuarios; División de Educación de Posgrado, Número de subvención/premio: GRFP; División de Biología Ambiental, número de subvención/concesión: 1457694, 1551488, 1660311 y 1846403; Fondo de conservación de Disney Worldwide.