El caso de aéreo del helicóptero San 100 fue cerrado por un fallo judicial del juez del circuito de lo Penal Adolfo Mejía, quién además negó la solicitud de mantenerlo abierto por otros supuestos delitos, argumentado que había quedado demostrado que sólo se estaba “frente a un delito de homicidio culposo y no doloso”.
Nueve años han transcurrido desde aquella impronta áerea que cobró la vida de 11 personas, entre oficiales chilenos y panameños, ocurrida la tarde de un fatídico 29 de mayo del 2008, cuando el helicóptero helicóptero SAN-100, se precipitó contra un local comercial en el corregimiento de Calidonía, provincia de Panamá.
Esta tragedia significó al Estado panameños la compensación pecuniaria de las familias de los sobrevivientes chilenos y panameños y el mismo hecho se convirtió e un hecho internacionalmente documentado por portales bibliográficos de internet.
Los hechos se dan durante una visita oficial que realizaba el general director de la escuela carabinero del Chile, José Bernales, junto a su esposa, Teresa Bianchini y otros oficiales Chilenos
El caso fue cerrado por el estado Panameño un año después, luego de que “En abril de 2009 el Gobierno de Panamá ratificó en un informe final que un fallo humano fue la causa del accidente del helicóptero, y procedió a finales de ese mismo año al pago de 6,4 millones de dólares en concepto de reparación económica al Gobierno de Chile y a los familiares de las víctimas, y de 2,4 millones a los familiares de las víctimas panameñas
Este informe estaba basado en gran medida en el fallo del Juez del Circuito de Lo Penal, Adolfo Mejía, el cual a la letra decía: “De la investigación se desprende que estamos frente a un delito de homicidio culposo y no doloso, y que la posible responsabilidad que existiera se le atribuye al piloto (Juan Delgado) por hacer un manejo inadecuado de los procedimientos de emergencia por falla del motor”,
El dictamen también libera de toda responsabilidad al copiloto y único sobreviviente, Ernaldo Carrasco, debido a que el mismo “estaba en la aeronave como un copiloto no requerido” y nunca tuvo el control de la aeronave.
En este accidente murieron, además, el comandante Óscar Tapia y su esposa, Carolina Reyes Cruz; el comandante Ricardo Orozco Ugalde y el capitán Mauricio Fuenzalida, todos de nacionalidad chilena.
Los oficiales panameños muertos en el accidente fueron el piloto Juan Delgado, la comisionada de la Policía Nacional (PN), panameña de origen chileno, María Angélica González de Celis, el comisionado de la PN, Gerardo Polanco, el capitán Calixto Cedeño y el sargento Reynaldo Cerna.