El covid-19 ha matado a más de tres millones de personas en todo el mundo desde que fuera detectado a finales de 2019, y continúa propagándose pese a las restricciones y las campañas de vacunación, que avanzan muy lentamente en algunos países.
En la última semana, se registró una media de 12.000 muertes diarias en todo el mundo, una tendencia que llevó el balance total a 3.000.955 fallecidos reportados, según un recuento realizado este sábado las 10H00 GMT por la AFP basado en fuentes oficiales. Desde el comienzo de la pandemia, se han registrado más de 139 millones de casos de covid-19 en todo el mundo.
En Brasil, el segundo país más golpeado del mundo, con 368.749 fallecidos, se anuncian alrededor de 3.000 decesos cada día, es decir, casi una cuarta parte del total de muertes anunciadas diariamente en todo el mundo. Esa cifra es más del doble de la que se reportaba a mediados de febrero.
La pandemia no tiene visos de debilitarse: el viernes se registró un récord de casos diarios en todo el mundo, con 829.596 infecciones, según el balance de la AFP.
Ese día, en Argentina también se reportó un máximo de infecciones diarias, 29.472, la mitad de las cuales en el área metropolitana de Buenos Aires.
La pandemia está en “un punto crítico”, consideró el lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS), con fuertes diferencias entre países como Israel, que logran frenarla gracias a una intensa campaña de vacunación, y otros, como India, que están enfrentando un repunte fulgurante de contagios y decesos.
Una situación que obligó a reforzar las medidas en buena parte del mundo para atajar las transmisiones.
La capital de India, Nueva Delhi, inició este sábado un confinamiento de fin de semana, después de que se reportaran 234.000 contagios y 1.341 decesos.
En India se están registrando el triple de casos diarios que en Estados Unidos, el país más golpeado del mundo por el coronavirus (566.224 decesos), y los hospitales están bajo una fuerte presión.
– “Toque de atención” –
Udaya Regmi, de la Cruz Roja internacional, afirmó que el “realmente espantoso” repunte de casos de covid-19 en el sureste asiático era un “toque de atención para todo el mundo”.
“Las vacunas deben estar disponibles para todo el mundo, en todas partes, ricos y pobres, para superar esta terrible pandemia”, agregó.
En los países ricos que pusieron en marcha campañas de vacunación masivas, los balances han caído en picado. En el Reino Unido, donde un 60% de la población recibió al menos una dosis de la vacuna anticovid, se están registrando unos treinta muertos diarios, una cifra ínfima en comparación con los 1.200 fallecidos de finales de enero.
En Japón, el incremento en el número de casos atizó los rumores de que los Juegos Olímpicos, que ya fueron aplazados el año pasado a causa de la pandemia, podrían cancelarse.
El primer ministro, Yoshihide Suga, en su primer encuentro con el presidente estadounidense, Joe Biden, afirmó que su país está escuchando a los expertos y que hará “todo lo posible” para preparar la cita deportiva, el próximo julio en Tokio.
El virus continúa impactando en los eventos de todo el mundo. El sábado, la reina de Inglaterra Isabel II debía darle su último adiós a su esposo, el príncipe Felipe, en un funeral al que solo podrán asistir treinta personas.
– “Prudente optimismo” –
Con 857.194 decesos y casi 27 millones de contagios, América Latina y el Caribe es la segunda región del mundo más castigada por el coronavirus, por detrás de Europa.
El viernes, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, decretó un “estado de prevención” de 15 días, que restringe las reuniones y manifestaciones, después de que en los últimos días el país registrara un incremento de contagios, con un promedio de más de 1.700 diarios.
Con casi 17 millones de habitantes, Guatemala suma un total de 210.667 contagios y 7.160 muertes por covid-19.
En Brasil, en cambio, a pesar de que las altas cifras de muertes e infecciones, el estado de Sao Paulo, el más poblado del país, anunció que a partir del domingo los comercios podrán reabrir y se podrán celebrar servicios religiosos presenciales.
En Europa, entretanto, los gobiernos se debaten entre la imposición de restricciones adicionales para frenar la epidemia y la suavización de las medidas, ante una población cada día más cansada y con las campañas de vacunación avanzando a trompicones.
España prolongó la cuarentena obligatoria para los pasajeros procedentes de doce países, incluyendo Brasil, Perú, Colombia y Sudáfrica, para intentar evitar la propagación de nuevas variantes del virus, más contagiosas.
Italia, por su parte, anunció el viernes que suavizará las restricciones en escuelas y restaurantes a partir del 26 de abril.
Manifestando un “prudente optimismo”, el primer ministro, Mario Draghi, afirmó que su gobierno asumía “un riesgo calculado”.