Los países de América Central deben incrementar la productividad y reducir los costos y barreras al comercio para recuperarse de la peor recesión de su historia, provocada por la pandemia y exacerbada por el paso de los huracanes Eta e Iota, estimó el Banco Mundial en un estudio publicado este lunes.
“Se estima que la plena implementación de los acuerdos de facilitación del comercio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) reduciría los costos comerciales en 15,5%, aumentando el comercio intrarregional en 61% y el PIB de la región en 4,3% para 2030”, indicó la entidad multilateral con sede en Washington.
El Banco estimó que si se amplía esta reducción de costos a los intercambios con México, el comercio entre Centroamérica y México crecería 130% y el PIB de América Central aumentaría en 6,7% para 2030.
Según el Banco “estos países tienen ante sí la oportunidad de dinamizar sus economías mediante una serie de reformas en áreas clave” incluyendo una reducción en los costos y barreras para el comercio inversiones en capital humano, innovación y más infraestructuras.
“La tasa de pobreza en Centroamérica ha aumentado del 35% a más del 40% entre el 2019 y al 2020, debido a la pandemia y también debido al golpe que ocasionaron los huracanes ETA y Iota”, dijo en una presentación virtual del estudio el vicepresidente para América Latina del Banco Mundial, Carlos Felipe Jaramillo.
“Para revertir este aumento de la pobreza es fundamental aumentar el nivel de crecimiento de la actividad económica”, agregó el directivo del Banco.
Según el estudio, en América Central los costos para el comercio son altos, equivalentes a aranceles de hasta 74%, y los costos de transporte también son altos, 0,17 dólares por tonelada-kilómetro. Como baremo de comparación, en África subsahariana el costo está entre 0,06 y 0,11 dólares y en las economías avanzadas entre 0,02 y 0,05 dólares.
El Banco indicó que en promedio “los costos de transporte representan cerca de un 2,6% de los gastos no relacionados con el valor añadido en los países” y que en Guatemala y Honduras este desembolso es aún mayor.
“En sectores más dependientes del transporte como la agricultura y los productos comestibles, la proporción de gasto en transporte es de 4,5%”, indicaron los economistas del Banco.
Los expertos de la entidad multilateral advirtieron además que la baja tasa de inversión pública en infraestructura de transporte no ha ayudado y que ante el impacto del covid-19 esto debería convertirse en una prioridad.
“A medida que la recuperación de la actual contracción económica gana fuerza, los países deberían acelerar la apertura de sus regímenes de comercio”, concluyeron los expertos.