La pandemia ha creado la tormenta perfecta exacerbando las fragilidades existentes.
El Informe Mundial de Crisis Alimentarias 2021 indica que en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua las personas en emergencia o crisis alimentaria ascienden a 7.7 millones. El documento fue presentado por la Red Mundial contra Crisis Alimentarias, de la cual es parte el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Según el informe, entre noviembre 2020 y marzo de 2021, Guatemala registró a más de 3.7 millones de personas en crisis alimentaria, de las cuales 428 mil estaban en emergencia. Honduras estimó a 2.9 millones, de estos 614 mil estaban en emergencia. En cuanto a El Salvador, se reportó a 684 mil personas, en esta misma condición, de las cuales 95,000 estaban en emergencia durante el período de noviembre de 2020 a febrero de 2021. Finalmente, Nicaragua registró a 400 mil personas en crisis alimentaria.
Para el caso de Guatemala, El Salvador y Honduras, el documento tomó de referencia los datos obtenidos en los análisis realizados de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), coordinados por los gobiernos de los países con el apoyo técnico del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) mediante el Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región del SICA segunda fase (PROGRESAN-SICA II).
El secretario general del SICA, Vinicio Cerezo, expresa en su Carta por el Futuro de la Integración que se vuelve cada vez más relevante el potencial agrícola que tiene la región centroamericana frente a la situación de seguridad alimentaria del istmo.
“Aunque se incrementa nuestra participación en la economía de servicios, no debemos abandonar el campo sino apoyar de forma estratégica, sistemática y focalizada a los pequeños y medianos productores agrícolas de la región, para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional y consolidarnos como una importante región productora de alimentos, primero para nosotros, pero también para otros mercados. El futuro también está en nuestro pasado”.
Por su parte, la directora adjunta del Departamento de Alianzas Internacionales de la Unión Europea, Marjeta Jager, enfatizó la importancia de la programación coordinada multisectorial y los análisis conjuntos para prevenir la inseguridad alimentaria debido a que la nutrición tiene una funcion central en muchos sentidos.
“Confiamos en que la comunidad internacional se basará en este documento para la elaboración de las políticas el cual nos proporciona análisis basados en el consenso con la recopilación de pruebas”, dijo.
Por su parte, el comisario de la Dirección General de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (ECHO), Janez Lenarcic, mencionó que la pandemia ha creado la tormenta perfecta exacerbando las fragilidades existentes, ejemplificando las desigualdades y llevando el hambre a niveles sin precedentes. Asimismo mencionó: “Tenemos una resposabilidad de hacer todo lo posible para revertir estas tendencias tan preocupantes para abordar el riesgo de la hambruna.
“Debemos hacer que los sistemas alimentarios mundiales sean más sostenibles y resilientes y asegurar que la seguridad alimentaria siempre tenga la prioridad”.
El comisario agregó que la Unión Europea está comprometida en luchar contra el hambre aumentando el apoyo a la asistencia alimentaria en el mundo, entre otras acciones”, acotó.
El Informe Mundial de Crisis Alimentarias 2021, además, reveló que 155 millones de personas de 55 países o regiones en el mundo se encuentran en una situación de crisis o emergencia alimentaria.
El 66 % de esta cifra global se localiza en República Democrática del Congo, Yemen, Afganistán, Siria, Sudán, Nigeria (15 estados y Territorio Capital Federal), Etiopía, Sudán del Sur, Zimbabue y Haití, lugares donde ocurrieron las peores crisis alimentarias durante el 2020.
Durante la presentación del informe se concluyó que las crisis alimentarias son cada vez más prolongadas y la capacidad de recuperación ante nuevos eventos adversos resulta cada vez más difícil. Además, prevé que los conflictos, las crisis económicas incluso las derivadas de la pandemia de la COVID-19 y el cambio climático a gran escala prolonguen las situaciones de crisis alimentaria en 2021.
El informe destaca que se requerirá una asistencia humanitaria continua a gran escala. Se anticipa que más de 142 millones de personas en 40 de los 55 países y territorios incluidos en este informe se encontrarán en estado de crisis o peor de inseguridad alimentaria.
Para el desarrollo del informe, se seleccionaron 79 países, de los cuales 55 tenían suficiente información para estimar las poblaciones según severidad de inseguridad alimentaria. Se excluyeron países de ingresos altos, o que no solicitaron apoyo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) o al Programa Mundial de Alimentos (PMA). Así también se excluyeron naciones cuyas crisis tenían poco impacto en la seguridad alimentaria.
El Informe cuenta con el apoyo de 16 socios a nivel global como el SICA, la Unión Europea, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA), FEWSNET, la CIF (IPC por sus siglas en inglés), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), el Clúster Mundial de Nutrición, el Clúster Mundial de Seguridad Alimentaria, la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo de África Oriental (IGAD por sus siglas en inglés) y el Comité Interestatal Permanente para el Control de Sequías (CILSS por sus siglas en francés).