Decenas de miles de personas se manifestaron el domingo en Francia para reclamar al gobierno más ambición en los planes contra el calentamiento global, días después de que los diputados respaldaran una criticada –por limitada– ley sobre el clima.
“No estoy aquí para salvar al planeta o tres tortugas, estoy aquí para salvar al ser humano. El gobierno tiene que tener el coraje de imponer la transición ecológica”, dijo en Burdeos (suroeste) Vanessa, artista plástica y miembro de la oenegé de protección de los océanos Surfrider, que se manifestó con un vestido hecho con redes de pesca.
Las 163 marchas organizadas en todo el país reunieron a unas 115.000 personas según los organizadores, más de 45.000 según la policía. En París se congregaron unas 56.000 personas (8.500 según la policía).
“Se trata de seguir denunciando la falta de ambición de la ley sobre el clima”, reiteró el director de cine y militante Cyril Dion, en la capital.
La ley sobre el clima, impulsada por el presidente Emmanuel Macron como un texto clave en su mandato, fue adoptada el martes por la Cámara Baja del Parlamento. El Senado la debatirá en junio.
El texto incluye la supresión de los vuelos nacionales a destinos a los que se pueda ir por ferrocarril en menos de dos horas y media, la creación de un “delito de ecocidio”, la introducción de un bono por la compra de bicicletas eléctricas y la prohibición de alquilar viviendas mal aisladas desde el punto de vista térmico a partir de 2028.
El objetivo general es poner en marcha medidas que permitan a Francia cumplir su objetivo de reducir para 2030 sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% con respecto a los niveles de 1990.
Pese a “algunos avances”, oenegés como Greenpeace denunciaron que este texto era una “oportunidad perdida” y un “proyecto de ley para fingir que se actúa”.