Los expertos han considerado que el aumento de ocho décimas en los precios al consumo de abril es una señal más de que la reapertura económica en EE.UU. está generando una fuerte demanda que la oferta no es capaz de absorber.
Wall Street cerró la semana con pérdidas moderadas tras las caídas provocadas por los datos de la inflación interanual de abril, que se situó en el 4,2 %, la más alta registrada desde 2008, y que el parqué no pudo compensar a pesar del rebrote ocurrido en las dos últimas jornadas.
El Dow Jones de Industriales sufrió el miércoles su peor jornada desde enero, con un recorte del 1,99 % y en toda la semana acumuló una bajada del 0,88 %. El S&P 500 retrocedió un 0,72 % y el índice Nasdaq un 0,42 %.
Las principales plazas europeas también registraron un rebote en la recta final e incluso lograron salvar la semana con subidas o con pérdidas leves, excepto la Bolsa de Londres.
Madrid ganó un 0,95 %, Milán un 0,63 % y Fráncfort, un 0,11 %. Sin embargo, París cedió un leve 0,01 % y Londres un 1,21 %.
El índice de precios al consumidor (IPC) en Estados Unidos subió un 0,8 % en abril y ha situado la inflación interanual en el 4,2 %, la más alta registrada desde 2008, con lo que crecen las preocupaciones por el despegue de la inflación en la primera economía mundial.
Las cifras, superiores a las previsiones de los economistas que se situaban en el 3,6 %, generaron fuertes movimientos en el mercado de deuda, elevando el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años hasta el 1,695 % tras varias semanas de estabilización.
Este aumento de la inflación en Estados Unidos más rápido y fuerte de lo previsto asustó el miércoles a Wall Street, que intensificó las ventas de acciones en medio de temores a que la Reserva Federal (Fed) pudiera iniciar de forma prematura la retirada de los estímulos monetarios.
Los expertos han considerado que el aumento de ocho décimas en los precios al consumo de abril es una señal más de que la reapertura económica en EE.UU. está generando una fuerte demanda que la oferta no es capaz de absorber, especialmente de bienes y servicios, y miran ahora al banco central.
A los inversores también les preocupa que un aumento en los precios de las materias primas pueda afectar a los márgenes de ganancias, y retiraron su capital, en especial, de las empresas que más deprisa crecieron durante el pasado año.
Sin embargo, los temores parecieron desvanecerse el jueves y el viernes, después de que varios responsables de la Fed aseguraran que el banco central no tiene planes de poner fin a los incentivos.
Para el jefe de estrategia de mercados de la firma Canaccord Genuity, Tony Dwyer, la caída registrada esta semana es una buena señal.
“Es necesario que haya una corrección en el verano que sea lo suficientemente significativa como para eliminar la condición de exceso de compra extremo a medio plazo y el exceso de optimismo”, dijo, citado por el canal CNBC.
En el mercado petrolero, la semana ha estado condicionada por la expansión de la pandemia en la India, uno de los grandes consumidores de crudo, y por el ciberataque a la principal red de oleoductos de EE.UU., lo que provocó que los precios del Brent y del Texas bajaran con fuerza el jueves, aunque se recuperaron a lo largo del viernes.
El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cerró este viernes con un ascenso del 2,43 %, hasta 65,37 dólares, lo que le sirvió para recuperar el terreno perdido e incluso para acumular unas ganancias semanales de 47 centavos.