Mantener estos animales en cautiverio representa una amenaza para la conservación de las especies, porque favorece la disminución de sus poblaciones, y afecta la salud pública, debido a que pueden ser portadores de agentes infecciosos transmisibles al ser humano.
Retener animales silvestres en un domicilio particular como si fueran animales de compañía, se denomina “mascotismo”, y se trata de una práctica que está prohibida en el país, indicó un comunicado de MiAmbiente, a través del cual se dio conocer el caso de dos primates que se mantenían en cautiverio en Colón y Panamá Oeste.
En el tema de los primates, tenerlos como mascota, además de ser una práctica contraria a las disposiciones legales, es técnicamente incorrecto, ya que tiene consecuencias negativas, expresó el jefe nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, Erick Núñez.
Dijo que, además, representa una amenaza para la conservación de las especies, debido a que contribuye con la disminución de sus poblaciones, y afecta la salud pública, tomando en cuenta que, estos animales, pueden ser portadores de agentes infecciosos transmisibles al ser humano.
“En Panamá, desafortunadamente, es más común observar el mono araña como mascota, por lo que se han dado casos de tenencia ilegal de monos cara blanca, tití y en menor proporción el mono aullador”, indicó.
Comentó que se decomisó un juvenil de mono cara blanca, que se encontraba en una vivienda en condiciones no aptas para su desarrollo, en la provincia de Colón.
“En estos momentos, el animal se encuentra en un Centro de Rehabilitación Temporal, con la finalidad de prepararlo para su reintroducción a su hábitat a mediano o largo plazo”, dijo el jefe nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente.
Otro caso similar, informó, se dio en Panamá Oeste, donde se incautó un juvenil de mono tití, con el objetivo de rehabilitarlo para que regrese a su medio natural.
El Ministerio de Ambiente, como ente rector de la protección de la biodiversidad y recursos naturales del país, reiteró a la población que está prohibido mantener animales silvestres como mascotas.
Para conocimiento de la población, Núñez señaló que todo animal que es sometido al contacto permanente con personas, sufre lo que se conoce como Impronta, una condición en la cual ocurre una modificación del comportamiento natural, desarrollando apego y dependencia a las personas.
“Esto resulta ser una desventaja para estos animales debido a que, para poder devolverlos a su hábitat natural, deben pasar por un proceso previo de rehabilitación, es decir, enseñarles en cierta medida a usar y desarrollar las habilidades naturales propias de su especie”, subrayó.