Una década después de la histórica adopción del convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos, la pandemia del coronavirus ha empeorado en muchos casos las condiciones laborales de los empleados en este sector, indica un nuevo informe del organismo de la ONU especializado en la esfera laboral.
El estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que, en el momento más agudo de la pandemia, la situación de pérdida de empleo por parte de este tipo de trabajadores en el continente americano fue la peor registrada entre regiones con una franja que osciló entre el 25 y el 50%, seguida por la mayor parte de los países de Europa, junto a Canadá y Sudáfrica, con una horquilla que osciló entre un 5 y un 20%.
En comparación, cabe destacar que durante el mismo periodo la pérdida de empleo entre otros asalariados fue inferior al 15% en la mayoría de los países.
Según la OIT, en el mundo hay al menos 75,6 millones de trabajadores domésticos de 15 años o más, lo que representa alrededor de una de cada 25 personas empleadas. Poco más de las tres cuartas partes son mujeres.
El mayor número de trabajadoras domésticas se encuentra en América Latina (91%) y el Caribe (89%).
De acuerdo con los hallazgos del estudio, la pandemia de COVID-19 ha empeorado unas condiciones de trabajo que ya eran muy complicadas para los trabajadoras y trabajadores domésticos, que constituyen el 4,5% de los asalariados de todo el planeta.
“La crisis ha puesto de relieve la necesidad acuciante de formalizar el trabajo doméstico a fin de que quienes se dedican a ello accedan al trabajo decente; se ha de comenzar por ampliar y aplicar la legislación laboral y de seguridad social de todas las personas que desempeñan trabajo doméstico”, señaló el director general de la OIT, Guy Ryder.