Mientras el Arco Seco, Herrera, Los Santos, Coclé, Veraguas, La Sabana Veragüense y la comarca Ngäbe Buglé, muestra un avance de recuperación de sus suelos, en Panamá Este y Darién, ocurre lo contrario.
Las principales afectaciones que presentan los suelos panameños son la erosión hídrica y eólica, degradación biológica y deterioro físico y químico del suelo, según un estudio Cualitativo de Consulta Nacional sobre el estado de la degradación de la tierra, realizado entre los años 2016 – 2017.
Una comunicación de MiAmbiente, señaló que el 62.06% de los suelos panameños mantiene condición estable, en el resto del país, un 13.9% se ha degradado y sólo (20.05%) se encuentra en recuperación.
El miércoles 7 de julio fue el Día de la Conservación de los Suelos, una fecha importante debido a que la superficie cuenta con minerales valiosos para el crecimiento de árboles y plantas, indicó la información.
José Victoria, director nacional de Seguridad Hídrica de MiAmbiente, expresó que los eventos extremos como inundaciones, traen degradación de los suelos, evidenciados en movimientos de masas de suelo, erosión, entre otros, que, a su vez, ocasionan pérdida de fertilidad del suelo, pérdida biológica y química del suelo.
“Los embates del cambio climático- precisó- se reflejan en diferentes sectores y actividades. La escasez de agua que se da en fenómenos como la sequía, reduce la capacidad de supervivencia de la capa vegetal sobre los suelos, lo que disminuye su facultad de secuestro de carbono y, en consecuencia, afecta la biodiversidad”.
“Para disminuir estas afectaciones -agregó Victoria- la entidad se encuentra elaborando el anteproyecto de Ley de Suelos, procurando integrar el Manejo Sostenible de la Tierra (MST) en los procesos de toma de decisión clave de Panamá”.
Del buen estado de los suelos depende la progresión de recursos forestales que sirven como hábitat biológico y fuente de alimentación para ciertos animales, aparte de representar una fuente de múltiples actividades para los seres humanos.
Mientras el Arco Seco, Herrera, Los Santos, Coclé, Veraguas, La Sabana Veragüense y la comarca Ngäbe Buglé, muestran un avance de recuperación, en Panamá Este y Darién, ocurre lo contrario. Un enfoque de la Meta 15.3.1 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15.3 ,sostiene que esta degradación de las tierras fértiles es notable (13.9%) por haber sido expuestas a la sequía y se han agrietado debido a la falta de lluvia.
“Nuestro país tiene un alto potencial para revertir estas pérdidas, promoviendo prácticas de restauración forestal que aumenten la prestación de servicios de los ecosistemas. Conservando nuestros suelos, aseguramos un mejor ambiente para todos”, destacó el comunicado.
La degradación del suelo se define como “un cambio en la salud del suelo resultando en una disminución de la capacidad del ecosistema para producir bienes o prestar servicios para sus beneficiarios”.