El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó el lunes su “solidaridad” con los cubanos que piden “el fin de una dictadura cruel” y denunció la represión de las protestas contra el gobierno comunista de la isla caribeña.
“Todo el apoyo y solidaridad al pueblo cubano, que valientemente pide el fin de una dictadura cruel que desde hace décadas masacra su libertad mientras vende al mundo una ilusión de paraíso socialista. ¡Que la democracia florezca en Cuba y traiga días mejores a su pueblo!”, escribió Bolsonaro en su cuenta de Twitter.
Poco antes, el gobernante ultraderechista fustigó la represión de las movilizaciones del domingo en las principales ciudades cubanas y sobre todo en La Habana, donde la policía dispersó con gases lacrimógenos, disparos al aire y golpes de tubos de plástico a centenares de manifestantes, según constataron periodistas de la AFP.
Los manifestantes “fueron a pedir además de alimentos, electricidad (…) y fueron a pedir libertad. ¿Saben lo que consiguieron? Golpes, palizas y prisión”, afirmó Bolsonaro ante seguidores a las afueras de su residencia oficial en Brasilia.
Bolsonaro criticó a quienes en Brasil apoyan a Cuba y a la Venezuela del presidente Nicolás Maduro, un aliado de Cuba.
“Aquí en Brasil hay gente que apoya a Cuba, que apoya a Venezuela. Personas que fueron varias veces a Cuba para tomar champagne con Fidel Castro, a Venezuela a tomar whisky con Maduro. Y hay gente aquí que apoya a ese tipo de personas, es señal de que quieren vivir como los cubanos, como los venezolanos”, agregó.
El expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para las elecciones de 2022, llegó a ser amigo del fallecido líder cubano Fidel Castro (1926-2016).
En enero de 2021, Lula concluyó una visita de un mes a la isla donde se reunió con el presidente Miguel Díaz-Canel y el jefe del Partido Comunista, Raúl Castro, entre otras otras autoridades.
En clara oposición a las políticas cubanas, Bolsonaro comparó con la “esclavitud” el programa “Mais médicos” (Más médicos), bajo el cual Cuba llegó a enviar más de 8.000 doctores para trabajar en Brasil entre 2013 a 2018.
La Habana, en respuesta a esas críticas, retiró sus médicos de Brasil en noviembre de 2018, poco antes de que Bolsonaro asumiera el poder en enero de 2019.