Panamá deportó a Cuba a una familia isleña que estuvo un mes durmiendo en un aeropuerto, pese a sus ruegos para que no los envíen al lugar de donde emigraron hace dos años por problemas para profesar su religión.
“Ya están en Cuba y los han llevado a Las Caletas, un centro de aislamiento” preventivo de covid-19 en La Habana para quienes llegan del extranjero, dijo a la AFP Esther González, hermana de Ilyu González, una de las personas deportadas.
Esther, quien vive en Estados Unidos, aseguró que tanto Ilyu, su cuñado Sergio García y sus dos sobrinos menores de edad fueron movidos a la fuerza durante la madrugada desde el área en la que pernoctaban, en el aeropuerto de Tocumen de Ciudad de Panamá, hacia otro lugar donde quedaron incomunicados.
Mientras las hermanas conversaban por una videollamada, Esther registró el momento en que oficiales de migración se llevan a los García González en medio de forcejeos y gritos. Luego fueron colocados en un vuelo que salió esta mañana de Ciudad de Panamá rumbo a La Habana.
“Les habían dicho que los iban a mover de sala. Y ellos se rehusaron porque sabían que los iban a mover para el avión. Se los llevaron a la fuerza”, comentó Esther.
Su retorno a Cuba ocurre luego de que se produjeran históricas manifestaciones contra el gobierno de la isla.
Según fuentes del Servicio Nacional de Migración de Panamá, la deportación responde a que la Oficina Nacional para la Atención de Refugiados (ONPAR) les negó la solicitud de refugio.
Sin embargo, el asunto había sido elevado hasta la justicia a través de un hábeas corpus, que debía ser resuelto esta semana.
“Ellos estaban a órdenes de la Corte Suprema de Justicia. Me parece inverosímil que la Oficina de Migración haya pasado por encima de la Corte Suprema de Justicia”, dijo el abogado Gustavo Peralta, de la ONG panameña Centro de Asistencia Legal Popular, que asesoraba a la familia.
Los García González emigraron de Cuba hace dos años y vivían en Surinam. El 11 de junio viajaron desde allí al balneario de Cancún, México, para unas vacaciones, pero no les fue permitido el ingreso.
Pidieron que se les permita el retorno a Surinam, su país de salida. Pero con las restricciones por covid los vuelos directos desde Panamá a Surinam se suspendieron.
Intentaron volver vía Guyana, pero tampoco se les permitió.
Durante la espera, Migración Panamá aseguró que la familia tenía visas Schengen de la Unión Europea falsificadas.
Imposibilitados de volver a Surinam, donde aseguran que tienen una vida hecha, Panamá ofreció devolverlos a Cuba, por lo que la familia solicitó refugio, pedido que se rechazó.
Los García González relataron que habían dejado la isla debido a que sufrieron hostigamiento por profesar su religión, Testigos de Jehová.