Unos 9.000 migrantes irregulares permanecen varados desde hace más de una semana en el municipio colombiano de Necolí, desde donde pretenden llegar en bote a otras zonas costeras para poder adentrarse en el tapón de Darién y llegar a Panamá.
Panamá y Colombia “recordaron la necesidad de coordinar el paso seguro” de los miles de migrantes que están en territorio colombiano a la espera de cruzar hacia el país centroamericano, a través de la peligrosa selva del Darién, en su ruta hacia Norteamérica, dijo la canciller panameña, Erika Mouynes.
Unos 9.000 migrantes irregulares permanecen varados desde hace más de una semana en el municipio colombiano de Necolí, desde donde pretenden llegar en bote a otras zonas costeras para poder adentrarse en el tapón de Darién y llegar a Panamá.
La canciller Mouynes escribió en su cuenta de Twitter que este jueves, junto con su colega de Colombia, Marta Lucía Ramírez, “corroboramos la situación apremiante de un numeroso grupo de migrantes irregulares de su lado de la frontera y recordamos la necesidad de coordinar paso seguro para hombres, mujeres y niños que arriesgan su vida por el Darién”.
Panamá “propone una discusión al más alto nivel para formular respuestas rápidas y soluciones integrales definitivas a este fenómeno global”, sostuvo Mouynes, como ya lo ha hecho en reiteradas ocasiones el Gobierno panameño respecto al creciente flujo de migrantes en tránsito.
“Nuestra intención es conseguir un compromiso robusto para asegurar una migración ordenada atendiendo a los derechos de todos los seres humanos y a la libertad de movimiento, sin poner en riesgo la vida o su integridad”, añadió la canciller panameña.
Cada año miles de migrantes irregulares de todo el mundo llegan a Panamá procedentes de Suramérica, en un flujo que ha generado crisis humanitaria en el istmo centroamericano, como la de 2016 con migrantes cubanos.
“Panamá tiene una gran experiencia en mover estas masas. En el 2016 nosotros teníamos un aproximado de 5.000 migrantes diarios”, recordó este jueves el director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) del país centroamericano, Oriel Ortega.
Ortega informó de que este jueves sostendría una reunión virtual con las autoridades migratorias de Colombia para compartir las buenas prácticas que en esa materia ha realizado Panamá.
En los últimos años este flujo de migrantes está compuesto, sobre todo, por familias haitianas, muchas procedentes de países suramericanos como Chile y Brasil, donde se instalaron tras el terremoto de 2010 que asoló la isla, aunque también hay cubanos y, en menor medida, ciudadanos de países africanos y asiáticos.
En lo que va de este año, más de 26.000 haitianos y 6.000 cubanos, además de personas de otras nacionalidades, aunque en números mucho menores, han llegado a Panamá en su viaje hacia Norteamérica, según las cifras oficiales.
El presidente colombiano, Iván Duque, también pidió este jueves una solución regional al tema de los migrantes en tránsito, durante una charla virtual en el Council of Foreign Relations, de Nueva York.
“Esto es más que una crisis de refugiados, a veces tiene que ver con el tráfico de seres humanos. Así que es algo que tenemos que afrontar de forma regional”, afirmó Duque.