Al menos 17 personas han muerto por las inundaciones en el norte de Turquía, mientras que el país se recupera de los incendios mortales de principios de mes, señalaron este jueves las autoridades.
“Quince personas desgraciadamente perdieron la vida en la provincia de Kastamonu y dos en la provincia de Sinop”, indicó la agencia gubernamental responsable de las catástrofes naturales (Afad) en un comunicado.
Las inundaciones, que han afectado sobre todo a las provincias de Kastamonu, Bartin y Sinop, situadas a orillas del Mar Negro, fueron causadas por fuertes lluvias en la madrugada del miércoles.
Los socorristas trataban el jueves de encontrar supervivientes en un edificio residencial derrumbado en Kastamonu tras las violentas inundaciones.
El nivel del agua aumentó hasta cuatro metros en algunas ciudades, según las autoridades, y calles enteras se transformaron en torrentes que arrasaban coches y señales de tráfico.
“Presento mis condolencias a los familiares de nuestros 17 conciudadanos que perdieron la vida. Todas nuestras instituciones están movilizadas en las zonas siniestradas”, dijo el jueves el presidente Recep Tayyip Erdogan.
El miércoles, su ministro de Agricultura y Bosques, Bekir Pakdemirli, definió el suceso como “una catástrofe que no hemos vivido en 50 o 100 años”, con “récord de precipitaciones en algunos sitios”.
Las lluvias intensas causaron deslizamientos de tierra que, entre otros daños, derrumbaron un puente. Ocho personas tuvieron que ser hospitalizadas.
Más de 1.000 rescatistas estaban desplegados el jueves para encontrar y evacuar supervivientes y dar asistencia a los afectados por la catástrofe, indicó Afad.
Tras los violentos incendios de finales de julio y comienzos de agosto y estas inundaciones, numerosos responsables políticos y asociaciones llamaron al gobierno turco a tomar medidas radicales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Turquía no ha ratificado el acuerdo de París sobre el clima de 2015, que establecía objetivos para frenar el calentamiento global.