Pacquiao, que es idolatrado por millones de filipinos, creó polémica en el pasado por decir que se opone a los matrimonios homosexuales por ser un pecado contra Dios y por apoyar la pena de muerte, no reconocida en Filipinas.
La estrella del boxeo y senador filipino, Manny Pacquiao, concurrirá como candidato a presidente en las elecciones de 2022 en Filipinas, tras ser nominado en un congreso celebrado este domingo por su partido, PDP-Laban.
“Sí, acepto”, dijo Pacquiao, de 42 años, en el congreso en el que se proyectó en una pantalla gigante vídeos de combates del púgil filipino, que ostenta un récord de doce títulos mundiales en ocho categorías diferentes.
“Soy un luchador y siempre seré un luchador dentro y fuera del ring. En mi vida nunca me he echado atrás ante una pelea”, afirmó el boxeador en el discurso retransmitido en Facebook.
Pacquiao, ganador de títulos en el peso mosca, supergallo, pluma, superpluma, ligero, superligero, welter y superwelter, también defendió una política sin corrupción y desafió a quienes dudan de sus aptitudes por su origen humilde y su limitada formación.
“A aquellos que cuestionan mis habilidades: ¿Habéis pasado hambre? ¿Habéis tenido que suplicar por dinero a vuestros vecinos?”, señaló el boxeador, según el diario “The Philippine Star”.
Pacquiao, elegido congresista en 2010 y senador en 2016, fue aliado y compañero de partido del presidente filipino, Rodrigo Duterte, pero en junio criticó al mandatario por no enfrentarse a Pekín en el conflicto diplomático por las disputadas aguas del mar de China Meridional.
Un mes después, el boxeador denunció supuestos casos de corrupción en el programa gubernamental de ayudas por la covid-19.
Esto provocó una guerra interna en el PDP Laban (Partido Democrático Filipino-Poder del Pueblo) entre la facción que apoya a Pacquiao y la que respalda a Duterte.
El pasado agosto, el bando del PDP Laban que apoya a Duterte nominó a este como candidato a vicepresidente, ya que la legislación filipina impide que los presidentes se presenten a la reelección.
Síntoma de esta ruptura es que las cuentas del partido en Twitter y Facebook están en manos del la facción de Pacquiao, mientras que la página web todavía mantiene la foto de Duterte.
El presidente, un líder autoritario que se ha labrado una reputación de implacable con su sangrienta guerra contra las drogas, ha tildado a Pacquiao de oportunista por criticarlo ahora después de haberlo apoyado durante cinco años.
Duterte es favorito en las encuestas y algunos analistas sugieren que podría presentarse con su hija Sara, alcaldesa de la ciudad de Davao, como aspirante a la presidencia.
Pacquiao, que es idolatrado por millones de filipinos, creó polémica en el pasado por decir que se opone a los matrimonios homosexuales por ser un pecado contra Dios y por apoyar la pena de muerte, no reconocida en Filipinas.