Vargas Llosa lamentó que el escritor nicaragüense y Premio Cervantes Sergio Ramírez sea perseguido en su país natal por el Gobierno de Daniel Ortega, en gran medida por la publicación de la novela “Tongolele no sabía bailar” (Alfaguara, 2021).
El nobel de Literatura hispano-peruano Mario Vargas Llosa, afirmó ayer domingo en México que, las letras convierten a los lectores en sujetos peligrosos para los Gobiernos, porque los impulsan a soñar un mundo mejor e intentar hacerlo realidad.
“La literatura nos enseña a imaginar otra realidad distinta y mejor que esta, eso crea ciudadanos incómodos, incontrolables. Si deseas un mundo distinto, no estás contento con este mundo, pero claramente esas personas que sueñan con otro mundo son peligrosas para el poder”, dijo.
El narrador encabeza las actividades de la IV Bienal de Novela que lleva su nombre y que concluye este domingo en la ciudad mexicana de Guadalajara con el fallo del Premio de Novela Mario Vargas Llosa.
El autor de “Conversación en la catedral” sostuvo un diálogo con la escritora mexicana Rosa Beltrán y la periodista argentina Leila Guerreiro y aseguró que la literatura es un arma para la libertad de los países latinoamericanos que han sufrido de regímenes totalitarios a lo largo de su historia.
Vargas Llosa lamentó que el escritor nicaragüense y Premio Cervantes Sergio Ramírez sea perseguido en su país natal por el Gobierno de Daniel Ortega, en gran medida por la publicación de la novela “Tongolele no sabía bailar” (Alfaguara, 2021), que aborda el fin del sueño de la revolución en Nicaragua.
Durante la conversación el peruano recordó la época en la que los autores del movimiento del “Boom latinoamericano” vivían en Barcelona, gracias a que los editores Carmen Balcells y Carlos Barral impulsaron la literatura de América Latina que no era tan conocida en España y en Europa.
Afirmó que los autores vivieron una época de mucho esplendor en la que no había rencillas sino una “enorme fraternidad y convencimiento de que la literatura latinoamericana era importante y que tenía un denominador común”.
Ante la pregunta de Rosa Beltrán, Vargas Llosa aceptó que en las últimas décadas las editoriales y los lectores han derribado prejuicios en torno a la literatura femenina debido a que cada vez hay más mujeres que quieren aportar a las letras.
“Se ha roto una especie de dique, cuando yo era joven había un prejuicio muy extendido en América Latina contra las escritoras mujeres, pero eso ha desaparecido, las mujeres están presentes en el mundo literario y en lugares de gran significación, tanto escritores como lectores han perdido u ocultado el prejuicio que tenían contra las escritoras”, expresó.
A la bienal asisten 31 escritores iberoamericanos reunidos en torno a “La literatura, último refugio de la libertad”, en mesas de discusión que incluyeron a los cinco finalistas: la argentina Selva Almada, la española Rosa Montero, la mexicana Carmen Boullosa, el chileno Alejandro Zambra y el colombiano Juan Gabriel Vásquez.