La política alemana, de 67 años, ha apostado por “más soberanía europea” para garantizar y fortalecer la cohesión de la UE y evitar que se antepongan los intereses nacionales a corto y medio plazo.
La canciller alemana saliente, Angela Merkel, ha proclamado este jueves que “solo una Europa unida es una Europa fuerte” y ha avisado de que si no se frenan “las fuerzas centrífugas” surgidas en algunos países, la UE “acabará teniendo problemas”.
Merkel ha recibido de manos de Felipe VI el XIV Premio Europeo Carlos V en el Monasterio de Yuste (Cáceres), como reconocimiento a su compromiso con Europa, en una ceremonia que ha contado con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del PP, Pablo Casado, entre otras autoridades.
La política alemana, de 67 años, ha apostado por “más soberanía europea” para garantizar y fortalecer la cohesión de la UE y evitar que se antepongan los intereses nacionales a corto y medio plazo.
“Solo una Europa unida es una Europa fuerte, y eso nos viene de los valores comunes. Unidos hacia adentro, fuertes hacia afuera. Este es el lema de la coexistencia de la UE. Una cohesión estrecha, la confianza y el respeto son los requisitos indispensables”, ha subrayado.
En uno de sus últimos actos institucionales como canciller tras 16 años en el poder, Merkel ha admitido que Europa hace frente a “fuerzas centrífugas” surgidas cuando “el poder de cohesión se vuelve frágil, cuando las expectativas de la UE no se cumplen o cuando los cambios en la sociedad se hacen a varias velocidades”.
“Cuando los intereses nacionales a corto y medio plazo se anteponen al reto común europeo o la base jurídica, acabaremos teniendo problemas”, ha advertido.
El único “método eficaz” para contrarrestar este fenómeno, ha añadido, es mantener un diálogo “sincero” y resaltar los valores europeos”.
Merkel ha hecho un llamamiento a los líderes europeos para apostar, además de por mayor soberanía colectiva, por “ser más proactivos, mejorar la coordinación y que Europa sea más independiente” frente a otras potencias, entre las que ha citado China.
“No significa aislarnos, sino defender nuestros intereses y actuar de forma estratégica sobre la base de nuestros valores (…) Una Europa soberana, innovadora y capaz de actuar es lo que necesitamos para hacer valer nuestros valores e intereses en el mundo”, ha puntualizado.
Para ganar influencia frente a otros bloques y abordar problemas como el de la inmigración, la canciller ha reclamado “actuar con una sola voz”.
También hacer valer los principios europeos, al ser “la base de su credibilidad”: “la cooperación, el respeto y la tolerancia llevan a la paz, la libertad y el bienestar”.
“En tiempos en los que el multilateralismo es objeto de presiones y viejos conflictos amenazan con volver abrirse, este mensaje es más importante que nunca”, ha abundado.
En su recta final como canciller, ha alertado de las amenazas que representan para la democracia “los extremismos, el terrorismo, el racismo o el antisemitismo” y ha animado a “combatirlas con la mayor determinación”, desde “la cohesión estrecha, la confianza y el respeto”.
También ha defendido la igualdad y el respeto a las minorías consagradas en los tratados europeos, en alusión a la ley aprobada en Hungría contra el colectivo homosexual.
Ha recordado que en el proyecto europeo “no siempre se hacen grandes saltos”, por lo que ha recomendado ser “perseverantes y saber mediar”.
De España, la dirigente alemana ha agradecido a Sánchez su empeño por fraguar una política migratoria común.
También ha transmitido su gratitud al presidente del Gobierno por contribuir a “garantizar y fortalecer la cohesión de Europa”.
Ha admitido que Europa “parece sufrir por su propio éxito” al comprobar los ciudadanos que se han visto cumplidas sus promesas de estabilidad, pero ha insistido en que “la paz y la historia no se pueden dar por sentadas”.
“Al contrario, hay que protegerlas y defenderlas. No tenemos la garantía de tener la libertad y la paz de forma duradera (…)”, ha incidido.
Para la dirigente de la CDU, “Europa es una suerte para todos que se debe preservar y seguir diseñando” y su diversidad es “un recurso valioso que hay que aprovechar por el bien de todos”.
“Las últimas décadas nos dan ánimo porque cada vez que las cosas se ponían difíciles, la UE se mantuvo unida. Y lo seguirá haciendo, estoy convencida, si mantenemos buenas relaciones amistosas, estrechas, más allá de la política”, ha señalado.
En su discurso, ha abordado otros retos que la UE tiene pendientes, como la lucha contra el cambio climático.
A su juicio, la economía y la defensa del medioambiente “deben ir de la mano” y Europa tiene que asumir una “mayor soberanía digital” para “diseñar la globalización según los valores europeos”, sin que eso suponga “limitar la cooperación con otros socios”.
Merkel es la tercera mujer que recibe el premio que concede la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste desde 1995, en memoria de quien fue rey de España y emperador europeo (1500-1558).
Antes lo lograron la que fue presidenta del Parlamento Europeo, Simone Veil (2008) y la impulsora del programa Erasmus, Sofia Corradi (2016).
Además, es la segunda vez que el premio recae en un canciller alemán tras el ya fallecido Helmut Kohl (2006).