La diplomacia estadounidense asestó un duro golpe a China al incluirla en la lista negra de países traficantes de personas, en el mismo rango que Siria, Rusia, Corea del Norte o Venezuela, pese a los esfuerzos del presidente Donald Trump por acercarse a Pekín
En su informe anual sobre tráfico de personas publicado el martes, el primero del gobierno de Trump, el Departamento de Estado coloca a China entre los 23 países del mundo con los peores registros en materia de tráfico de personas.
El Departamento de Estado degradó a China “en parte porque no ha tomado medidas serias para poner fin a su complicidad en el tráfico de seres humanos, incluyendo a los norcoreanos sometidos a trabajos forzados en China”, explicó el jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson.
Gracias a estos trabajadores forzados enviados a China y a Rusia, “Corea del Norte recibe cientos de millones de dólares por año (…). Eso no puede continuar”, agregó.
El informe apunta que los uigures, una minoría musulmana asentada en el noroeste de China, también son sometidos a trabajos forzados en beneficio de autoridades chinas.
Pekín “no logra alcanzar los estándares mínimos de eliminación de la trata y no está haciendo esfuerzos significativos por alcanzarlos”, dice el “Trafficking in Persons Report”.
Se trata del primer reclamo significativo sobre el historial de derechos humanos de China por parte de la administración Trump, que ha evitado hacer críticas duras a Pekín en aras de trabajar las profundas diferencias comerciales y el programa nuclear de Corea del Norte.