Este año el belén del Vaticano procede de la comunidad de Chopcca, de la región de los Andes peruanos de Huancavelica, mientras que el árbol llega de la localidad de Andalo, de los Alpes del Trentino.
El papa Francisco pidió hoy que “no vivamos una Navidad falsa y comercial”, durante la audiencia a las delegaciones que han donado el belén y el árbol instalados en la plaza de San Pedro.
Este año el belén procede de la comunidad de Chopcca, de la región de los Andes peruanos de Huancavelica, que han elaborado un colorido belén que busca realzar “una imaginería tan diferente al tradicional pesebre” y mostrar al mundo “la riqueza de Perú”, mientras que el árbol llega de la localidad de Andalo, de los Alpes del Trentino.
“No dejemos que se contamine con el consumismo y la indiferencia”, añadió Francisco sobre la Navidad y recordó que “sus símbolos, especialmente el belén y el árbol decorado, nos devuelven a la certeza que llena nuestros corazones de paz, a la alegría del nuevo año”.
“El árbol y el belén nos introducen en el ambiente navideño que forma parte del patrimonio de nuestras comunidades: un ambiente de ternura, de compartir y de intimidad familiar. No vivamos una Navidad falsa y comercial. Dejémonos envolver por la cercanía de Dios”, dijo.
El papa explicó que el pesebre significa que “Dios se revela no como alguien que se alza en lo alto para dominar, sino como aquel que se rebaja, pequeño y pobre, para servir” .
Por lo que “para que sea verdaderamente Navidad, no olvidemos que Dios viene a estar con nosotros y nos pide que cuidemos de nuestros hermanos, especialmente de los más pobres, débiles y frágiles, a los que la pandemia corre el riesgo de marginar aún más”, invitó Francisco.
Mientras que destacó que “las luces del abeto recuerdan la de Jesús, la luz del amor que sigue brillando en las noches del mundo”.
Francisco saludó a la delegación peruana de Huancavelica, departamento en el que se encuentra Chopoca, así como al obispo Carlos Salcedo Ojeda y al ministro de Asuntos Exteriores de Perú, Óscar Maúrtua, presentes en el acto.
Destacó el pontífice que “los personajes del belén, realizados con materiales y ropas propias de esos territorios, representan a los pueblos de los Andes y simbolizan la llamada universal a la salvación”.
“Jesús, de hecho, vino a la tierra en la concreción de un pueblo para salvar a todo hombre y mujer, de todas las culturas y nacionalidades. Se hizo pequeño para que pudiéramos acogerlo y recibir el don de la ternura de Dios”, agregó.
Tanto el belén como el árbol serán iluminados esta noche en una ceremonia, que, por cuestiones meteorológicas, se celebrará en el aula Pablo VI y no en la plaza de San Pedro. EFE