La reforma, explicó Gabriel Boric, no puede verse “como un enfrentamiento entre clases sociales” y debe apuntar hacia “un régimen más parecido al que tienen la mayoría de los países de la OCDE, tanto en términos de recaudación como en progresividad”.
Consciente del temor que despierta en los mercados su alianza con el Partido Comunista, el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, confirmó este jueves su giro al centro y prometió ante el gran empresariado local “profundos” cambios, pero con “diálogo” y “responsabilidad fiscal”.
“Mis palabras respecto a la gradualidad y responsabilidad fiscal no eran un disfraz de campaña, sino una convicción profunda”, aseguró el exlíder estundiantil.
En la clausura de Enade, el foro empresarial más importante del país, Boric indicó que su Gobierno emprenderá “un camino de cambios profundos”, pero estos “deben ser llevados a cabo con un diálogo amplio y sin exclusiones”.
“Los mejores ejemplos de cuando las sociedades salen adelante es cuando se unen y voy a insistir en ese discurso”, añadió el exlíder estudiantil quien, con solo 35 años y más de 4,6 millones de votos, se convirtió el pasado 19 de diciembre en el presidente electo más joven y más votado de la historia de Chile.
Se impuso por casi 12 puntos al ultraderechista José Antonio Kast, el candidato del empresariado, y consiguió el apoyo de grandes figuras de la centro izquierda como los expresidentes Ricardo Lagos (2000-2006) y Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018).
Su aplastante victoria hizo caer al día siguiente el principal índice de la Bolsa de Santiago un 6,18 %, mientras que el dólar registró un incremento de casi 4 %, su mayor alza diaria desde la crisis financiera de 2008, hasta alcanzar los 876 pesos chilenos.
“EL STATU QUO FRENA EL DESARROLLO”
Defensor del proceso constituyente en el que está inmerso el país y crítico acérrimo del modelo neoliberal instalado durante la dictadura militar (1973-1990), Boric quiere ampliar el papel del Estado hacia un modelo de bienestar parecido al de Europa.
“Nuestro actual status quo frena el desarrollo económico y profundiza el malestar social (…) El crecimiento y la distribución de la riqueza tienen que ir de la mano”, señaló.
El aún diputado por Magallanes está a favor de un nuevo sistema de pensiones que reemplace al actual, de capitalización individual y heredado de la dictadura, y defiende una ambiciosa reforma tributaria que incluye mayores cargas a los súper ricos y las mineras.
La reforma, explicó, no puede verse “como un enfrentamiento entre clases sociales” y debe apuntar hacia “un régimen más parecido al que tienen la mayoría de los países de la OCDE, tanto en términos de recaudación como en progresividad”.
“Lleguemos a un acuerdo que sea bueno para el país”, instó el futuro jefe de Estado, que asumirá el 11 de marzo y será el primero que no forme parte de los dos bloques tradicionales de centro que han gobernado desde el retorno a la democracia.
¿QUIÉN OCUPARÁ HACIENDA?
La intervención de Boric en la cita empresarial tuvo lugar a días de que presente oficialmente su futuro gabinete y con infinidad de cábalas sobre quiénes ocuparán los puestos clave, entre ellos el Ministerio de Hacienda.
Preguntado recurrentemente sobre la conformación de su futuro equipo, del que no se ha filtrado ningún nombre, el diputado suele responder que este “otorgará certezas” y será “paritario” y “diverso”.
Boric heredará una economía que se desplomó un 5,8 % en 2020, la mayor caída en cuarenta años, pero que se ha recuperado más rápido de lo previsto: el Banco Central estima un crecimiento de entre el 11,5 % y 12 % en 2021 y de entre el 1,5 % y 2,5 % para este año.
Las ayudas económicas entregadas por el Gobierno chileno para paliar el impacto de la pandemia, así como los tres retiros anticipados del 10 % de los fondos de pensiones aprobados por el Parlamento también para enfrentar la crisis, están impulsando considerablemente el consumo, pero también repercutiendo en la inflación.
El líder izquierdista prometió ante los empresarios mantener un déficit estructural en torno al casi 4 %, una meta que no solo contribuirá “a la estabilidad de las finanzas públicas, sino que también a la reducción de las presiones inflacionarias”.
Chile cerró 2021 con una inflación acumulada del 7,2 %, la más alta en 14 años, después de que en diciembre los precios avanzaron un inesperado 0,8 %.