Las autoridades prevén que este año haya una nueva oleada, para la que ya se están preparando.
Las autoridades panameñas alertaron este martes de nuevas rutas y nacionalidades de los migrantes irregulares que atraviesan a pie la peligrosa selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en su camino hacia Norteamérica, aunque con una caída notable del número de transeúntes.
La Cancillería (Exteriores), el Ministerio de Seguridad Pública, el Servicio Nacional de Migración y el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá advirtieron que los migrantes de origen venezolano son los que más están atravesando el Darién, una variación respecto al año anterior, cuando los haitianos predominaban.
“Hay un cambio en las nacionalidades, antes los haitianos repuntaban, sobre todo los tres últimos años, ahora es la nacionalidad venezolana”, dijo el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, en una conferencia de prensa conjunta.
El pasado sábado, Pino advirtió que el número de africanos, asiáticos y suramericanos que cruzan el Darién es superior a los haitianos y cubanos, las principales nacionalidades de los migrantes irregulares.
El ministro destacó que hubo “un cambio en las rutas de tránsito de estos migrantes”, pues “en 2021 había tres rutas, dos en el Caribe y una en el Pacífico (…) y en 2022, hay dos rutas, la del Pacífico, que conecta Juradoc con Jaqué, y la que llega al Canal Membrillo (cerca del Caribe), que viene por Ganá y Lamiel”.
Este mes de enero, solo ingresaron dos migrantes a Bajo Chiquito, en la provincia de Darién, el que fue el principal punto de llegada de los migrantes, según el ministro.
Durante el primer mes de 2022, 4.702 migrantes atravesaron la peligrosa selva, lo que supone una media diaria de 150, una reducción “significativa” respecto al año pasado, cuando cruzaron la inédita cifra de 133.726 irregulares, según cifras aportadas por las autoridades. “Les puedo decir que a fecha de hoy tenemos un parte de 780 (migrantes) en transito en Panamá, donde el 50 % ya están en Chiriquí (la frontera con Costa Rica) para continuar su camino”, declaró Pino.
La canciller panameña, Erika Mouynes, asoció esta dramática reducción con “una estrategia diplomática sin precedentes” y al fortalecimiento de “la seguridad y manejo migratorio”. “Hoy, los números nos dan la razón (…) en agosto el pico de ingresos ascendía a 2400 migrantes al día, hoy tenemos 140.
Es una disminución significativa. Somos optimistas pero cautos”, agregó Mouynes. Panamá ha sido por años un país de tránsito de migrantes venidos de todo el mundo, que viajan a pie hacia Norteamérica, en busca de mejores condiciones de vida.
La principal ruta de entrada es el Darién, la espesa y peligrosa selva que sirve de frontera natural con Colombia, y en la que muchos mueren siendo víctimas del entorno salvaje o a manos de los grupos criminales que usan la zona desde hace años para el tráfico de drogas, de armas y de personas.
En 2021, la cantidad de migrantes que cruzaron superó con creces los números registrados en años anteriores, pues entre 2010 y 2019 atravesaron el Darién 109.293 personas.
La ola migratoria registrada en 2021 la compusieron en su mayoría familias haitianas, muchas de ellas procedentes de Chile y Brasil, donde se habían asentado tras el terremoto que asoló la isla en 2010, aunque también hay personas procedentes de Cuba.
La situación histórica del año pasado colapsó las estaciones de recepción migratoria (ERM) que levantó Panamá en 2015, a raíz de una ola migratoria de cubanos, en las fronteras este (Colombia) y oeste (Costa Rica), para recibir a los viajeros, tomar sus datos biométricos y darles atención sanitaria y alimentación.
Las autoridades prevén que este año haya una nueva oleada, para la que ya se están preparando.