Estados Unidos teme un aumento de víctimas civiles en Ucrania, en un momento en que el ejército ruso parece decidido a bombardear las grandes ciudades para forzar la rendición de los ucranianos, dijo el miércoles un alto funcionario del Pentágono.
“Prevemos un mayor uso de la artillería cuando se acerquen a los centros urbanos y cuando intenten cercarlos”, dijo a la prensa el funcionario, que pidió el anonimato.
“Es típico de un asedio: cuando quieres cercar un centro urbano y someterlo, obligarlo a rendirse, la artillería se convierte en un arma muy útil”, explicó.
Pero “lo que nos preocupa es que al ser más agresivos, se vuelven menos precisos y menos selectivos” en sus ataques de artillería, agregó.
Alrededor del 82% de la fuerza militar de Rusia desplegada durante semanas en las fronteras del país ahora está comprometida en Ucrania, dijo el funcionario.
Sin embargo, no ha habido “ningún movimiento destacable” de las fuerzas rusas hacia Kiev o Járkov con respecto a los últimos dos o tres días, dijo, y señaló que Jerson (sur), sobre la que las fuerzas rusas reivindicaron este miércoles el “control total”, sigue siendo de hecho una ciudad “muy disputada”.
Además, los soldados rusos aún no han tomado el control del espacio aéreo ucraniano y continúan teniendo problemas logísticos, incluida la escasez de combustible y alimentos.
“Están retrasados respecto a sus planes”, prosiguió. Pero “todavía tienen una enorme fuerza de combate a su disposición y van a superar sus dificultades”.
Estados Unidos continúa brindando asistencia militar a Ucrania, cuya última entrega se realizó hace menos de 24 horas, señaló.