En el parque de la Cinta Costera 3, cada tarde se reúnen a patinar algunos de los mejores exponentes del skateboarding panameño, solo con el sueño de alguna vez estar junto a la élite del deporte mundial en los Juegos Olímpicos París 2024.
El skateboarding en Panamá intenta ganarse un puesto entre los deportes tradicionales y, a su vez, romper ese estigma de pasatiempos para vagos o chicos de dinero como se ha considerado a lo largo de los años.
Y uno de esos estigmas se rompe con solo saber que uno de los pocos parques para practicar este deporte está al frente del populoso barrio de El Chorrillo, un lugar que vio nacer al más grande peleador de boxeo latinoaméricano, Roberto “Manos de Piedra” Durán, y tierra fértil también para el nacimiento y crecimiento de futbolistas.
En este lugar, cada tarde se reúnen a patinar algunos de los mejores exponentes del skateboarding panameño, solo con el sueño de alguna vez estar junto a la élite del deporte mundial en los Juegos Olímpicos París 2024.
Entre el sonido de las olas que revientan en la Bahía de Panamá y los pájaros que sobrevuelan el lugar se encuentra Iván Bárcenas, de 24 años y oriundo de El Chorrillo, que muestra sus habilidades en el skatepark de la Cinta Costera 3, un hermoso y moderno paseo marítimo.
Bárcenas dejó la pelota de fútbol y los guantes de boxeo y los cambió por una tabla sobre ruedas, rampas y trucos extremos.
Después de deleitar a varios con sus trucos, mismos que ha ido perfeccionando con los más de 10 años de experiencia, señaló a Efe que para él el skateboarding (andar en patineta) es “un deporte”.
“Me han dicho que no lo practique, pero una de mis metas es representar al país. Si tuviéramos el apoyo de seguro podríamos llegar a los Juegos Olímpicos”, indicó Bárcenas.
Apuntó que “sólo piden más apoyo” y que les den las estructuras mínimas para trabajar.
Junto al chico patinaba otro grupo de atletas, entre esos el venezolano Andelrson Mauri y el panameño John Petite, quienes coincidieron que “sobre las ruedas la vida es diferente” y “todo se relaja… todo se olvida patinando”.
En Panamá se maneja este deporte desde la Comisión Panameña de Skateboarding, que está bajo el paraguas de las Asociación Panameña de Patinaje (APA), reconocida por el Comité Olímpico de Panamá (COP).
Se estima que en el país centroamericano hay aproximadamente un centenar de patinadores con nivel competitivo.
Pero solo hay tres skateparks públicos en la capital panameña, los demás son academias privadas o sitios que se han acondicionado para practicar el deporte de manera clandestina.
Gina Méndez, una experimentada patinadora de longboard y de rampa que ahora se dedica a instruir a jóvenes en su academia Community Skate Club Panama, ubicado en el sector de Diablo, cercano a la zona del Canal de Panamá, señaló que ojalá se le diera a este deporte la seriedad que se merece.
“Se necesitan más lugares o skateparks públicos para que los chicos puedan entrenar”, dijo Gina a Efe.
Méndez resaltó que el skateboarding es un deporte para todos, no es exclusivo para una clase social o para personas atléticas, porque todo dependerá de “lo que lleves dentro de ti y las ganas que le metas”.
En su Community, Gina recibe a chicos desde los 6 años de edad, en su mayoría niñas que quieren patinar hasta un nivel “pro” y poder representar al país.
“Hay niños, pero hay más niñas… Eso me llena mucho porque muestra que la cultura está cambiando y el pensamiento de los padres también va en ese mismo curso”, precisó.
Apuntó que reconoce que la sociedad aún los ve como unos vándalos, pero siente que ya no es la tendencia y que muchas personas aprecian la actividad y le dan el rango de deporte por lo fuerte que hay que trabajar en cada truco para llegar a perfeccionarlo.
“En Panamá hay nivel, solo se necesita más lugares para practicar y mayor apoyo a los atletas”, puntualizó.