Pero no solo el acceso al agua potable es un clamor de muchos pueblos del mundo, sino también contar con el saneamiento y la higiene adecuados para tener una vida sana y digna de todo ser humano.
Millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable o limpia, un derecho humano que han estado anhelando y que es fácil de cumplir si los Estados designan una parte sustancial de los presupuestos nacionales en la atención de este problema, en vez de malgastar el dinero en majaderías.
Pero no solo el acceso al agua potable es un clamor de muchos pueblos del mundo, sino también contar con el saneamiento y la higiene adecuados para tener una vida sana y digna de todo ser humano.
Panamá es un país pequeño que cuenta con muchas fuentes de agua limpia, pero, aún así, a muchos habitantes se les dificulta adquirir hoy este líquido vital. Algunos lo obtienen varias veces a la semana de camiones cisternas y otros tienen que ir a los ríos con envases o a los pozos. Pero, aún así, persisten los problemas al no contar con las facilidades que tiene la mayoría de los panameños.
En realidad, Panamá no debía tener escasez ni dificultades para concederles agua potable para cocinar, bañarse y lograr un saneamiento adecuado a los sectores más humildes del país. Por suerte, en Panamá no muere un recién nacido cada minuto por infecciones causadas por falta de agua limpia, según informa la ONU. Además, señala que la diarrea causada por agua sucia y retretes en malas condiciones mata a un niño de menos de cinco años cada dos minutos. Y, en muchas ocasiones, agrega, estas comunidades no tienen información sobre la calidad del agua que beben.
Esta aspiración panameña fue propulsada por el diputado José Luis Castillo Gómez, del circuito 4-3, Chiriquí, quien presentó en 2017 el anteproyecto de ley 55, en el cual se declara el derecho humano al agua y al saneamiento. Al parecer, este proyecto no fue del agrado de los integrantes de la Asamblea Nacional y, aparentemente, no fue discutido. Según el proyecto, el reconocimiento del agua y saneamiento como un derecho humano obliga a todos los Estados a garantizar su pleno ejercicio y de los demás derechos vinculados a éste.
Ahora, el diputado suplente Rolando Rodríguez, del circuito 8-9, ha presentado un anteproyecto de ley casi similar “que garantiza la disponibilidad del agua y su gestión sostenible en Panamá”, para ver si las autoridades se compadecen de los panameños que tienen años de estar sufriendo por la escasez de este líquido, y les construyen los sistemas de abastecimiento de agua, lo cual han anhelado toda la vida.
Entre sus obligaciones, el Estado, de acuerdo con el documento, debe reconocer que el agua es un bien nacional de uso público, inalienable, inembargable e imprescriptible, y que su dominio pertenece a la Nación, y su uso y goce de a todos los habitantes del país es sin excepción. En consecuencia, corresponde al Estado la regulación de dicho recurso y priorizar siempre el consumo.
Prácticamente vivir sin agua en un país rico en fuentes acuíferas, como Panamá, y que no se puedan aprovechar en beneficio de una población carente de ella es una canallada que ningún gobierno debe permitirse, sobre todo, si cuenta con la tecnología, el presupuesto y los profesionales idóneos para construir sistemas de abastecimientos de agua.
Actualmente, no solo las comunidades claman por agua potable, sino las escuelas públicas que en este inicio de clases no tienen el vital líquido. La situación se da muchos centros escolares del país, hasta en la ciudad capital. Es indudable que el agua es un elemento trascendental en el desarrollo de todos los pueblos del mundo, algunos de los cuales todavía la consumen sin tratamiento adecuado y plagada de impurezas, entre ellas. heces fecales.
En todo caso, es importante proveer a los habitantes de tratamientos de las aguas residuales, que, en África, por ejemplo, son la puerta de entrada de cólera o disentería. Según la ONU, más de 100 africanos mueren cada hora de enfermedades relacionadas con la falta de saneamiento o escasez de agua potable. Esto no lo queremos para Panamá, a pesar de la situación que se vive.