Es demasiado pronto para saberlo con certeza, pero parece que los cambios relacionados con la pandemia han alterado la realidad de los productos como los aparatos electrónicos y los autos.
Ya sea por decisión propia o necesidad, los estadounidenses se han enamorado de teléfonos inteligentes, televisores, computadoras portátiles y autos más sofisticados. Las empresas que fabrican estos artículos están intentando evaluar si el giro hacia lo lujoso es un fenómeno temporal o una nueva normalidad.
Algunas estadísticas relevantes de 2021:
— Más de uno de cada cuatro teléfonos inteligentes que se vendieron el año pasado a nivel mundial fueron dispositivos de precios más altos, la porción más grande de la historia para ese tipo de teléfonos de primera línea, según Counterpoint Research.
— Las ventas totales de computadoras portátiles en Estados Unidos se apaciguaron tras las ventas desorbitadas de 2020, cuando los estadounidenses se abastecieron de equipo para la escuela y el trabajo remotos. Sin embargo, las ventas de computadoras portátiles que cuestan al menos 1000 dólares aumentaron un 15 por ciento en un año, de acuerdo con lo que me dijo la firma de investigación NPD Group.
— Las ventas de televisores también cayeron el año pasado en comparación con la locura que provocó la pandemia en 2020, pero NPD aseguró que las ventas de los televisores con precios iguales o mayores a 1000 dólares subieron un 47 por ciento.
— Los estadounidenses están comprando vehículos más grandes y caros y menos autos económicos, lo cual ha servido para que el costo promedio de los vehículos nuevos alcance récords casi todos los meses.
Tal vez pienses: LA INFLACIÓN. Sí… pero otros factores también están dando forma a este giro hacia la gama alta. Repasaré algunas explicaciones de una tendencia que me sorprendió y lo que podría implicar para nosotros.
En resumen: es demasiado pronto para saberlo con certeza, pero parece que los cambios relacionados con la pandemia han alterado la realidad de los productos como los aparatos electrónicos y los autos. La gente que no quiere o no puede costear artículos de gama más alta tal vez no corra con mucha suerte.
De acuerdo, indaguemos los porqués, con base en mis conversaciones con expertos. Primero, la pandemia provocó interrupciones inmensas que siguen en curso, las cuales dieron como resultado una escasez de partes importantes como los chips de computadora y por eso el envío de aparatos electrónicos de las fábricas de Asia se volvió más caro. Algunas empresas que no pudieron fabricar todos sus productos usuales con facilidad mejor se enfocaron en sus modelos más caros y más rentables.
“Cuesta lo mismo enviar una computadora portátil de 300 dólares que una computadora portátil de 1300 dólares”, señaló Stephen Baker, quien lleva muchos años como analista de aparatos electrónicos para el consumidor en NPD Group. Un suministro relativamente mayor de productos más costosos es una razón para que a veces haya sido más fácil encontrar computadoras portátiles, teléfonos inteligentes o autos caros que modelos de un menor precio.
Baker y Maurice Klaehne, un analista de investigación en Counterpoint, también me comentaron que algunas personas han dependido más de sus aparatos electrónicos caseros durante la pandemia y han estado dispuestas a pagar un poco más por ellos de lo que habrían estado hace un par de años. Muchos estadounidenses también han tenido más dinero para gastar en cosas, gracias a los beneficios gubernamentales que hubo durante la pandemia o al bajo gasto en cosas como viajar o salir a comer.
Y en particular en Estados Unidos, las empresas telefónicas han ofrecido descuentos o generosas permutas para que la gente compre teléfonos inteligentes nuevos que se conecten a las redes 5G y esos dispositivos suelen costar más, mencionó Klaehne.
Todos esos factores han contribuido a que las compras estén dando un giro muy lento hacia lo lujoso, al igual que una falta de descuentos en muchos aparatos electrónicos y autos, porque, de nuevo, los fabricantes se oponen a generar ventas cuando no pueden mantener todos sus productos en existencia.
Mi colega de The New York Times, Neal Boudette, me dijo que las automotrices y las concesionarias han podido cobrar el precio de venta completo o miles de dólares más. Las automotoras no tienen ningún problema con esto, aunque no pueden mantener el paso de la demanda. “Las automotrices están generando inmensas ganancias, aunque están vendiendo menos vehículos de los que venderían normalmente”, me comentó.
Es posible que las singularidades relacionadas con la pandemia terminen con el tiempo y de nueva cuenta tengamos el espectro total de los precios, desde los económicos hasta los de gama alta. O tal vez no. Las empresas que se volvieron adictas a ganancias más altas gracias a productos más caros podrían no estar dispuestas a renunciar a eso. Y no está claro si el envío de partes y productos a todo el mundo se va a recuperar a un nivel de 2019.
Baker también mencionó que los fabricantes de aparatos electrónicos estaban planeando experimentar para ver si podía perdurar nuestra inclinación hacia los dispositivos de precios más altos. Baker predijo que las empresas que vendieron una computadora portátil con Windows en 300 o 350 dólares hace un par de años intentarán llevar los modelos para principiantes a 500 o 600 dólares y los fabricantes podrían hacer el intento por recortar gastos en televisores con grandes pantallas de 499 dólares para ver si un televisor de 599 dólares puede venderse casi tan bien.
“Habrá un análisis a profundidad en los próximos años para intentar comprender qué está ocurriendo”, comentó Baker.
Todo eso sugiere que los autos y los aparatos electrónicos más caros podrían haber llegado para quedarse.