El planeta Neptuno es legendario entre los astrónomos a causa de sus estaciones, que duran 40 años. Lo que no esperaban los científicos es que su verano mostrara signos de enfriamiento.
El verano austral del planeta empezó hace 17 años, y los datos publicados este lunes confirman que las temperaturas se han enfriado.
“Ese cambio era inesperado”, explicó Michael Roman, astrónomo de la universidad británica de Leicester, responsable del estudio y citado en un comunicado del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Los científicos saben relativamente poco de Neptuno, octavo planeta del sistema solar.
Es el planeta más alejado del Sol, lo que hace que su órbita anual dure el equivalente a 165 años terrestres.
Los telescopios de generaciones previas no conseguían desentrañar la pálida luz de este objeto estelar totalmente azulado, envuelto en una espesa capa de amoniaco, agua helada y metano en estado sólido.
La sonda Voyager 2 consiguió en 1989 mandar las primeras imágenes netas de Neptuno. Y ahora es escrutado de forma permanente por el telescopio espacial Hubble y el Gran Telescopio ESO de Chile.
La atmósfera de Neptuno es muy dinámica, recuerda el estudio, publicado por el Planetary Science Journal. Los vientos son los más violentos que se conocen en el sistema solar: más de 2.000 km/h.
Los datos indicaban que normalmente con la llegada del verano austral en 2005, el planeta empezaría a calentarse, explicó Michael Roman.
Pero la temperatura en la parte sur del planeta ha caído una media de 8 grados Celsius entre 2003 y 2018. La temperatura media del planeta es de -200 grados Celsius, lo que dificulta las mediciones.
Solamente gracias a la sensibilidad de las imágenes infrarrojas de los grandes telescopios es posible observar Neptuno de forma nítida, explicó Leigh Fletcher, coautor del estudio y astrónomo de la universidad de Leicester.
“Esa tecnología solo está disponible desde hace veinte años”, detalló.
Las observaciones también han detectado otro fenómeno, el calentamiento brusco del polo sur de Neptuno, de unos 11 grados Celsius entre 2018 y 2020.
No hay una explicación clara de esos fenómenos, que podrían deberse a una evolución de la química en la estratosfera, o a ciclos solares.
El impacto de las variaciones solares es también discutida entre los expertos para explicar el cambio climático en la Tierra.