Alemania retiró este jueves los privilegios oficiales acordados al excanciller Gerhard Schroeder, como la atribución de oficinas, tras constatar que falló a la hora de cumplir con sus obligaciones al negarse a cortar sus vínculos con gigantes energéticos rusos.
“Los grupos parlamentarios de la coalición han extraído las consecuencias del comportamiento del excanciller y lobista Gerhard Schroeder frente a la invasión rusa de Ucrania”, indicó el parlamento.
“La oficina del excanciller debe ser suspendida”, agregó.
Schroeder conservará sin embargo su protección policial y su pensión de excanciller (1998-2005).
Como excanciller, Schröder aún tiene derecho a varias oficinas en el Parlamento alemán y a un presupuesto personal. Un privilegio que cuesta a los contribuyentes 400.000 euros al año (422.000 dólares).
El excanciller, de 77 años, se volvió una figura incómoda, incluido para el actual jefe de gobierno, Olaf Scholz, del cual fue mentor.
Lobista del gas ruso, provocó indignación después de declarar al diario estadounidense New York Times que solo renunciará a su participación en empresas rusas si Moscú dejase de suministrar gas a Alemania.
El excanciller es presidente del comité de accionistas de Nord Stream AG, el polémico gasoducto entre Rusia y Alemania que no tiene licencia para operar, y presidente del consejo de supervisión de Rosneft, la mayor petrolera rusa.
La mayoría de los antiguos altos cargos europeos que tenían un puesto en los órganos directivos de empresas rusas antes de la guerra de Ucrania dimitieron desde entonces.