Se realizó el encuentro bajo el lema “Hacia una nueva luz compartida”, organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, en colaboración con el Proyecto Aladino y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas.
Para Marruecos, la religión debe ser un baluarte contra el extremismo, tal y como preconiza SM el Rey Mohammed VI a través de la diplomacia cultural del Reino en África, subrayó, el viernes en Tánger, el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita.
“Para Marruecos, país de la Comandancia de los creyentes, la religión debe ser un baluarte contra el extremismo y no su pretexto. Esto es lo que Su Majestad el Rey propugna, a través de la diplomacia religiosa del Reino en África”, afirmó Bourita, al intervenir en la apertura de la conferencia internacional “Diálogo de Tánger”.
En este sentido, el ministro señaló que la Fundación Mohammed VI de Ulemas Africanos y el Instituto Mohammed VI para la Formación de Imanes, Murchidin y Mourchidat (predicadores y predicadoras) están precisamente para contrarrestar el radicalismo que se extiende a las puertas de África y promover un Islam de moderación y equidad.
El ministro agregó que la religión encuentra su expresión más elocuente en el llamamiento de Al Quds, en el que SM el Rey Mohammed VI y el Papa Francisco llamaron a “preservar la Ciudad Santa de Jerusalén/Al Quds Asharif, como patrimonio común de la humanidad y, sobre todo para los seguidores de las tres religiones monoteístas, como lugar de encuentro y símbolo de convivencia pacífica, donde se cultivan el respeto mutuo y el diálogo”.
“Con algunas excepciones, la relación entre Occidente y el mundo musulmán no siempre ha sido totalmente armoniosa. Esto puede ser un hecho histórico, pero no es inevitable”, prosiguió Bourita, agregando que, “debemos reiniciar las relaciones entre Occidente y los países musulmanes”.
En este contexto, Bourita aseguró que Marruecos, bajo el liderazgo de SM el Rey, está demostrando que el mundo musulmán no es una carga para Occidente, sino todo lo contrario, un país que da respuestas nacionales a los problemas globales más acuciantes, y contribuye activamente a los debates y acciones en torno a estos temas.
Organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, en colaboración con el Proyecto Aladino y la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC), bajo el lema “Hacia una nueva luz compartida”, este encuentro tiene como objetivo debatir varias cuestiones de actualidad, urgentes e importantes, relacionadas con la convivencia interreligiosa y el diálogo intercultural.