Poco después de su entronización, Su Majestad Mohammed VI dio un giro radical a la política exterior marroquí hacia el continente africano, colocando la relación Marruecos-África como una prioridad, tras un paréntesis de ausencia de Marruecos de la Unión Africana durante casi tres décadas.
Panamá acaba de celebrar, durante el pasado mayo, el mes de la Etnia Negra que conmemora la aportación inestimable de los afrodescendientes a la sociedad, cultura y desarrollo de su país, que goza de una singular mezcla de culturas y razas.
Esta celebración coincide, por otro lado, con otra no menos significativa que tiene lugar cada 25 de mayo, el día de África que conmemora la fundación de la Unión Africana (Organización de la Unión Africana) en 1963, de la cual Marruecos es un miembro fundador que no escatimó, incluso muchos años antes de la fundación de este organismo de integración regional, ningún esfuerzo para la consolidación de la unión entre los países africanos, conforme a su rol de actor principal de la cooperación sur-sur y del movimiento de los no-alineados.
Antes de volver a la relación Marruecos-África, me gustaría remontar un poco en la historia para señalar que, a lo largo de su historia como una monarquía milenaria, las distintas dinastías que reinaron en mi país mantuvieron vínculos especiales con África subsahariana, además dichas dinastías provenían y tienen su origen, en su mayoría en el sur marroquí, en las zonas colindantes con los ríos Níger y Senegal.
Si la dinastía Idrissi llegó a abarcar gran parte del Magreb, los almorávides por su parte hicieron de Marrakech, la segunda ciudad imperial tras Fez, un centro neurálgico del comercio con el África subsahariana, sin olvidar los vínculos de los Saadi con el resto del continente que llegaron hasta Sudán. En la Edad Media, el Reino de Marruecos y, concretamente la ciudad de Sijlmasa, era un centro ineludible de los intercambios comerciales transaharianos y un paso obligado de las rutas de las caravanas que partían del África subsahariana.
Estos vínculos inquebrantables del Reino de Marruecos con su entorno africano nunca cesaron incluso cuando Marruecos, como gran parte del continente africano, estaba bajo protectorado, ya que fieles a su tradición solidaria los Soberanos de la dinastía Alauí que reina en Marruecos desde el 1700 siguieron en la misma senda. Tanto el Difunto Rey Su Majestad Mohammed V como El Difunto Rey Su Majestad Hassan II, hicieron del refuerzo de la dimensión africana de Marruecos una prioridad, brindando apoyo a los países africanos y propiciando a sus líderes todos los medios a su alcance para lograr su anhelado deseo de emancipación.
Tras lograr su independencia, los primeros años del Marruecos independiente se caracterizaron, de este modo, por un fuerte compromiso con los movimientos de liberación africana. En 1961, el Reino de Marruecos logró reunir en Casablanca a los líderes de la izquierda africana y desde esa ciudad marroquí lanzaron un llamado a la independencia de África. Esta reunión fue la semilla para la fundación posterior de la Organización de la Unión Africana en 1963.
El Difunto Rey Mohammed V brindó asilo a los líderes de los movimientos de liberación (MPLA y al ANC y su líder Nelson Mandela). Un apoyo que se reforzó bajo el reinado de Su Majestad Hassan II que consideraba a “Marruecos como un árbol cuyas raíces se encuentran en África y sus ramas y hojas se extienden por Europa”, una ilustración perfecta de la fusión Marruecos-África subsahariana que remonta como había mencionado a los tiempos del imperio marroquí de los Almorávides y Almohades.
Así, y poco después de su entronización, Su Majestad Mohammed VI dio un giro radical a la política exterior marroquí hacia el continente africano, colocando la relación Marruecos-África como una prioridad, tras un paréntesis y no parón, ya que a pesar de la ausencia de Marruecos de la Unión Africana durante casi tres décadas, mi país seguía con su vocación africana plasmada en la firma de más de 100 acuerdos con países del África subsahariana, en los años 80 y 90.
La política actual de Marruecos hacia el continente africano se basa en los fundamentos de la defensa de la unidad de sus países y su integridad territorial, el acompañamiento de su desarrollo en un partenariado solidario, así como el apoyo a la lucha contra la pobreza y el extremismo, sin olvidar el apoyo a la seguridad alimentaria sin la cual no podrá haber estabilidad.
Con más de 50 visitas realizadas a África por Su Majestad el Rey desde el año 2000, y más de mil acuerdos de cooperación firmados en todos los ámbitos, Marruecos demostró que su único deseo es poner su saber hacer y su experiencia a la disposición de África, tal y como afirmó el Soberano.
Cabe recordar que fiel a su política de solidaridad con el continente, Marruecos había anunciado en la cumbre Europa-África celebrada en El Cairo en 2000, la condonación de la deuda de los países africanos menos desarrollados y una seria de ventajas aduaneras a su favor, todo ello hizo de Marruecos el segundo inversor en todo el continente en sectores que van desde la industria a la banca pasando por las comunicaciones, la salud o la energía.
Me gustaría citar en este contexto, a título de ejemplo, proyecto del gasoducto Marruecos-Nigeria-ECOWAS, que se extiende sobre miles de kilómetros, así como la construcción de una planta de fertilizantes en este país.
Debido a que, desgraciadamente, nuestro continente ha sido durante años el escenario de conflictos armados, Marruecos por solidaridad internacional fue uno de los primeros países en participar en las operaciones de mantenimiento de la paz en África desde 1962, dentro del contingente de los cascos azules de la Naciones Unidas, sin olvidar su papel de facilitador de diálogo para allanar el camino a acuerdos susceptibles de devolver la estabilidad a países como Libia.
Es justo esta inestabilidad que propicia la inmigración de los africanos de sus países de origen principalmente hacia Europa, El Reino de Marruecos por su posición de puerta de entrada a África y Europa, fue y sigue siendo tierra de acogida, de ahí que impulsó bajo las orientaciones de Su Majestad Mohammed VI una política pionera en materia migratoria, lanzada en 2016 y que permitió la regularización de más de 40 mil inmigrantes clandestinos. Marruecos acoge en Rabat, además, el Observatorio Africano de las Migraciones.
Por otro lado, con el fin de acabar con la lacra del extremismo y la instrumentalización de la religión a fines políticos, Marruecos puso a la disposición de los países africanos su experiencia en este campo creando La Fundación Mohammed VI de Ulemas Africanos, cuyo rol de promoción de un islam moderado abierto y tolerante es de sobra conocido y alabado a nivel regional e internacional.
Son varios los ámbitos en los que Marruecos se implica activamente a favor del continente al que pertenece, por solidaridad y vocación, y no me gustaría terminar sin mencionar el apoyo de Marruecos a los países africanos durante la pandemia de la Covid-19, donando insumos necesarios para hacer frente a los efectos desoladores de la propagación del Coronavirus y ofreciéndoles acompañamiento conjunto en la gestión de la pandemia.
No quisiera concluir sin mencionar la celebración en Rabat el 7 de junio 2022 de la primera Reunión Ministerial de los Estados Atlánticos Africanos con la participación de 21 países de la costa atlántica, durante el cual el Reino de Marruecos volvió a insistir en hacer del continente, y especialmente de la fachada Atlántica, un espacio geopolítico para hacer frente a los imperativos de seguridad y prosperidad en nuestro espacio, ante las amenazas tales como de la delincuencia transnacional, la inseguridad marítima, la piratería, el terrorismo y la delincuencia organizada.
Las aportaciones del Reino de Marruecos al continente africano siempre parten de un partenariado beneficioso para ambas partes, para hacer de África dueña de su destino, y aportar su contribución y participar en la edificación de esta bella construcción africana, tal y como afirmó su majestad el Rey durante su discurso con ocasión de la vuelta de Marruecos a su familia africana en enero 2017, durante la 28ª Cumbre de la Unión Africana (UA).