En Panamá quedan menos de un centenar de migrantes irregulares cubanos, por lo que las autoridades dieron por cerrada la crisis originada desde hace años por cubanos que cruzaban el país centroamericano en su ruta hacia Estados Unidos
Según el director del Servicio Nacional de Migración, Javier Carrillo, en el albergue que el gobierno panameño habilitó para atender a cientos de irregulares cubanos quedan menos de un centenar de personas.
“En el albergue que tenemos en Gualaca (en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica) hay aproximadamente 95” cubanos, dijo Carrillo
Varios centenares de cubanos que se encontraban en situación irregular en la capital de Panamá fueron trasladados hace meses al albergue de Gualaca.
El Ministerio de Seguridad Pública precisó en aquel momento que la medida era “excepcional” y que, en el futuro, aquellos emigrantes que ingresaran al país de forma irregular serían deportados.
Según Carrillo, el gobierno panameño ya ha hecho saber a los cubanos que quedan en Gualaca que deben regresar a su país, para lo que “se les va a dar aparentemente una compensación económica”.
Unos 25.000 cubanos indocumentados pasaron por Centroamérica en 2015, y en 2016 varios miles fueron enviados a México en avión desde Panamá y Costa Rica tras un acuerdo entre varios gobiernos de la región.
A Panamá llegaban a través de la inhóspita selva del Darién, fronteriza con Colombia, pese a los peligros de la ruta. Buscaban cruzar Centroamérica para llegar a Estados Unidos, su destino final.
Sin embargo, Nicaragua les cerró la frontera a finales de 2015, lo que hizo que miles quedaran varados en Panamá y Costa Rica.
Los cubanos enfrentan ahora una mayor dificultad para entrar a Estados Unidos, que en enero canceló la política conocida como “pies secos, pies mojados”, que les permitía ingresar al país y obtener la residencia con mayor facilidad que migrantes de otras nacionalidades.