En Panamá se tienen ganando salarios bajos en las instituciones públicas a personas con estudios universitarios, y a conductores y “asesores”, “secretarias”, con poco o sin ningún estudio, que ganan hasta tres mil dólares y más.
Muchos panameños se han divertido durante mucho tiempo con las jocosidades y verdades encubiertas de “Condorito”, la revista chilena que se publicó por más de 64 años (desde 1949). En una de esas publicaciones, las cuales añoran muchos lectores, aparece una situación que retrata de cuerpo entero a la realidad panameña.
Bueno, resulta que “Condorito” acudió al negocio de uno de sus compadres para solicitarle una plaza de trabajo para su sobrino “Coné”, quien se encontraba causando problemas con sus ociosidades. El compadre accedió a complacerlo y le dijo que su sobrino ganaría un salario de cien mil pesos mensuales y que su labor consistiría en pasarse el día sin hacer nada. Sería una “botella”, como se dice en Panamá, bien pagada. Además, no necesitaría presentar diplomas de estudios.
A “Condorito” no le pareció buena la decisión del compadre porque era mucho dinero para su sobrino y le pidió que rebajara el salario a la mitad y le asignara algún tipo de labores. El compadre, después de meditarlo, le concedió la petición, pero le dijo que en ese caso “Coné” necesitaría presentar el diploma de secundaria.
“Condorito” le replicó que su sobrino no se había graduado y que el salario aún era muy alto para él, por lo cual le dijo al compadre, para salvar a su sobrino, que le pagara 25 mil pesos mensuales y que lo nombrara como mensajero. El compadre le contestó que para realizar esa labor “Coné” tenía que contar con título universitario. ¡Exijo una explicación!, gritó el “pajarraco.”
Aunque parezca mentira, la situación se da en Panamá cuando se tienen ganando salarios bajos en las instituciones a personas con estudios universitarios, y a conductores y “asesores”, “secretarias”, con poco o sin ningún estudio, que ganan hasta tres mil dólares y más.
Esta es una realidad que solo puede concebirse en el mundo político de Panamá, en el cual se irrespetan las normas de contratación de personal o los mismos graduados de Recursos Humanos obtienen esos puestos políticamente y después se desatienden de sus responsabilidades. Exigimos que se siga publicando la revista “Condorito”, que es un bálsamo para soportar cuantos desatinos se cometen a diario.