La comida es uno de los aspectos que más atrae de los lugares y esta varía en nuestros pueblos de acuerdo a la disponibilidad de los alimentos, los ingredientes que se tengan para prepararla, el clima y más.
Al identificar un lugar que deseamos visitar, por lo general, una de nuestras preguntas es: ¿Habrá sitios para comer? ¿Qué tal será la comida? Y para que disfrutemos la experiencia, esto debe estar acompañado, por supuesto, de un trato especial.
Lo que los visitantes desean descubrir en sus paseos son las singularidades de los pueblos, esos detalles que realmente los distinguen, entre ellos, el sabor de su comida, específicamente, las características del comer de sus habitantes porque, de lo contrario, sería como si no estuvieran allí. Y esto a veces se convierte en un reto, si de verdad deseamos conocer a un pueblo y su gente. No siempre es fácil lograr encontrar el sabor auténtico, ese que gusta y la gente quiere hallar cuando va a un lugar.
¿Le ha pasado que le han preguntado sobre la comida “normal” de un sitio? A mí varias veces. Por esa razón, en esta oportunidad escribo sobre un pequeño establecimiento en Sorá, en el que la conexión comida y calor familiar crea la condición perfecta y hace que las personas que van quieran regresar. Les ayudaré a encontrarlo para cuando pasen por allá.
De la ciudad de Panamá hacia el interior, puede trasladarse por la carretera Interamericana; luego, en Bejuco, que forma parte del distrito de Chame, doble a la derecha donde hay un letrero que dice Altos de María; después, gire hacia la izquierda; y siga recto, dispuesto a disfrutar de algunos ríos o de las vistas que entre rectas y curvas sinuosas podrá apreciar.
Sabrá que llegó al corregimiento de “Sorá”, al ver un letrero decorativo de cemento con piedras y muchas flores. Seguidamente, llamará su atención una señalización color verde con letras y flechas blancas que indica: “Manglarito, Altos de María, Soralpina y Los Senderos”, pero, como dicen en broma, “no es ninguno de esos”, pues no irá hasta allá. Tenga paciencia que ya casi está llegando, y también, así como dicen, “Está un poquito más adelante”.
De seguro en ese momento se encuentra al lado de la estación policial del pueblo. A propósito, ese es el punto en el que a las 3:15 de la mañana, entre la densa neblina, se distinguen tenues luces de linternas, de quienes, uno a uno, se van acercando a esperar el primer bus.
Y así mismo, “un poquito más adelante”, frente al Jardín “La Soraeña”, un letrero color rojo con letras amarillas que dice: “Fonda Mayulis”, anuncia su éxito en encontrar el lugar por el cual mucha gente pregunta al estar en busca del “sabor a Sorá”. ¡Llegamos!
La señora Nancy Vega, una de sus propietarias, nos resumió su dirección así: “La fonda está ubicada detrás de la Policía a mano izquierda”. Se encuentra en la vía principal.
Descubrirá un negocio de comida, pequeño, tradicional y de mucho tiempo. “26 años”, exclamó la señora Nancy, sobre el tiempo que tiene la fonda, aunque pareciera que el calendario por allí no dobló sus páginas. Ofrecen comida con gusto propio del lugar. Son platos netamente soraeños, de precio accesible, por lo que compran allí pobladores, visitantes, trabajadores y empresas para su personal.
En la entrada de la casa color naranja hay flores de diferentes colores y el cariño de las propietarias del negocio familiar hace sentir a los comensales parte del hogar. Esta fonda se encuentra en una acogedora terraza donde las personas pueden comer o efectuar sus pedidos para llevar.
En el local hay una placa plateada que dice Familia Vega-González, con el mensaje: “Señor, que tus ojos abiertos estén de noche y de día sobre esta casa”. Entrevistamos a la señora Nancy para conocer más de la Fonda Mayulis.
ENS. ¿Cómo surgió la idea del pequeño restaurante?
Entrevistada. La idea surgió porque la administración de Altos de María necesitaba comida para sus empleados y hablaron con mi mamá, Maritza González, para que brindara el servicio, y así empezó el emprendimiento.
ENS. ¿Cómo es el negocio?
Entrevistada. El negocio más bien es algo familiar. Primero, lo manejaba mi mamá; y ahora, lo tiene mi hermana Julissa Vega. Se hacen diferentes tipos de comida, claro, panameña.
ENS. ¿Quiénes laboran en el restaurante?
Entrevistada. Mi hermana, mi hija y una prima. Se organizan, unas cocinan y las otras atienden.
ENS. ¿Qué ha sido lo más difícil para ustedes en el negocio?
Entrevistada. Lo más difícil para nosotros fue la pandemia y la muerte de mi papá, pero bueno, siempre con fe en Dios hemos salido adelante.
ENS. ¿Cuál es el secreto para que las personas visiten su restaurante?
Entrevistado. El secreto es la amabilidad y la cortesía con que atendemos a nuestros clientes.
La Fonda Mayulis, como muchos negocios, fue afectada por la pandemia y las circunstancias a nivel mundial, pero se mantuvieron. “Estuvimos un poco cerrados, pero siempre alguien nos buscaba para algún menú”, contó la señora Nancy.
Explicó: “Lo difícil fue que como era un negocio familiar, mamá dependía de eso para su ingreso y sus medicinas. En vista de que por la crisis de salud fue necesario el cierre de todo, “no había de dónde”. Cerramos durante 6 meses, todo lo que duró el tiempo de cuarentena, pero, entre la familia ayudamos para que nuestra fonda y nuestro esfuerzo no cayera”.
Continuó refiriendo: “Luego de allí, la gente preguntaba si ya estábamos haciendo comida, y poco a poco fuimos abriendo. Primero, ofrecíamos solo desayuno; y después, incorporamos los almuerzos; y si algún cliente quería cena, también se la preparábamos para ir incentivando a la gente a que nuevamente nos visitaran y compraran la comida. También íbamos avisándole a los clientes y al público que ya estábamos atendiendo”.
Así la Fonda Mayulis complace siempre a sus clientes, atendiendo sus pedidos; y va ganando terreno aún en la adversidad.
La señora Nancy, extendió una invitación a los lectores. “Visiten Sorá que es un lugar muy agradable, fresco y donde podrán encontrar balnearios. Y de paso, ¡Los esperamos en la Fonda Mayulis, donde la comida es exquisita!”.
Además, describió así a su pueblo.
“Sorá es un lugar maravilloso, con buen clima, lleno de personas humildes. Contamos con estación de Policía para mayor seguridad. Tiene lugares campestres muy bonitos. El campo es verde, ¡lindo! Hay cascadas preciosas de agua muy fría. Tiene miradores, por ejemplo, el Cerro de la Cruz, donde la gente va a disfrutar de su brisa y a apreciar desde arriba todo el pueblo de Sorá”.
Los menús de la colmada servida de la Fonda Mayulis son una delicia con sabor interiorano. La señora Nancy nos informó que lo que más solicitan los clientes es pollo y puerco. Y así vimos a una familia deleitándose ¡con un gusto! de un oloroso arroz, crujiente y sazonado puerco frito, estofado de lentejas, plátano maduro en su punto y ensalada de vegetales mixtos naturales, acompañado de un refrescante jugo de naranja natural.
Le preguntamos a la señora Luisa su opinión, quien saboreaba la comida en ese momento. Nos dijo, “La comida está muy buena. Por eso siempre venimos aquí”.
Las fondas son establecimientos con comedor que ofrecen viandas populares de cada lugar, en las que se puede comer de forma económica. El Breve diccionario etimológico de la lengua castellana de Joan Corominas, señala un “posible origen en el francés de Oriente “fonde”. En los siglos XII y XIV, este hacía referencia a un sitio de hospedaje de mercaderes, almacenaje y venta.
Aunque popularmente llamen comidas corrientes a las viandas de todos los días y que forman parte de la cultura, a mí, particularmente, no terminará de agradarme ese término para las deliciosas comidas caseras. Pues, mejores que esas no hay. ¡No señor!
Para pedidos a la Fonda Mayulis de Sorá, pueden llamar al 68800486, Familia Vega-González.