Si las previsiones se cumplen, la tasa de interés oficial de la mayor economía del mundo pasará a situarse así en una horquilla de entre el 3 y el 3,25 %, el nivel más alto en los últimos 14 años, gracias a este nuevo intento de controlar la inflación.
Los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed) estadounidense comienzan este martes su reunión del mes de septiembre, en la que presumiblemente aprobarán una nueva subida de los tipos de interés, que anunciarán mañana, miércoles.
Según los expertos, la subida volverá a ser de 0,75 puntos (algunos estiman que podría llegar a 1 punto) y con ello el banco central estadounidense encadenará cuatro alzas consecutivas desde el pasado mes de marzo.
Si las previsiones se cumplen, la tasa de interés oficial de la mayor economía del mundo pasará a situarse así en una horquilla de entre el 3 y el 3,25 %, el nivel más alto en los últimos 14 años, gracias a este nuevo intento de controlar la inflación.
En la anterior reunión en julio, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ya anunció que en septiembre posiblemente se produciría otro “aumento inusualmente grande” de los tipos, un vaticinio que ha ido reafirmando en sus últimos discursos públicos.
En una charla en el Cato Institute, un laboratorio de ideas ubicado en la capital estadounidense, el pasado 8 de septiembre, Powell insistió en la necesidad de que la Fed continúe llevando a cabo una política monetaria restrictiva para bajar los precios, con el fin de evitar que los ciudadanos acaben acostumbrándose a la alta inflación, que en agosto se situó en el 8,3 %.
“Debemos actuar ahora con franqueza, con fuerza, como lo hemos estado haciendo, y debemos seguir haciéndolo hasta que el trabajo esté terminado”, apuntó Powell.
Todo ello unos días después de pronunciar un discurso en la inauguración del foro económico de Jackson Hole, en el que avanzó que restaurar la estabilidad de precios “probablemente requerirá” mantener una postura monetaria “restrictiva durante algún tiempo”.
Una vez que se consiga estabilizar los precios, añadió Powell, “en algún momento” será recomendable ir “moderando el ritmo de subidas” de tipos.
Esta futura bajada, sin embargo, está lejos de producirse, según los expertos, especialmente después de los últimos datos de inflación que mostraron que, aunque la tasa interanual del IPC cayó dos décimas en agosto, hasta el 8,3 %, en términos mensuales los precios subieron una décima respecto a julio.
Esta fue la segunda bajada continuada de la tasa interanual, que en junio alcanzó su cifra más alta en cuarenta años, el 9,1 %, pero la caída no fue suficiente para tranquilizar los mercados. El Dow Jones, por ejemplo, se ha dejado más de un 3 % en la última semana.
Todo parece indicar que el conocido como “terminal rate”, la tasa de interés máxima hasta la que se está dispuesto a llegar, está todavía lejos de alcanzar su techo.
“Lo que realmente tenemos que observar son las expectativas de la ‘terminal rate’, es decir, las predicciones de dónde terminará el ciclo de subida de tasas, y eso ha cambiado con los últimos datos del IPC. En este momento, el mercado cree que 425-450 será la tasa, pero hace solo unas semanas era 350-375”, apuntó a Efe Michael Antonelli, analista de mercados de Baird.
Para estimar cuándo podría llegar esa “terminal rate”, señal de que las subidas de la Fed tienen efecto, habrá que estar atento a datos como el desempleo (que podría aumentar como consecuencia de la subida de tipos) o la desaceleración del mercado inmobiliario, señaló el experto.
“Creo que vamos a empezar a verlos muy pronto” y “por extraño que parezca”, agregó, “la Fed (y los inversores) están buscando malas noticias en la economía para saber que las subidas de tipos están teniendo el efecto deseado”.
En palabras de Joachim Fels, director general y asesor económico global de PIMCO, un daño en el mercado laboral con un aumento del desempleo “es necesario para evitar una mayor aceleración de los salarios y es probable que se produzca en respuesta al endurecimiento pasado y futuro de las condiciones financieras”.
Creada en 1913, la Fed opera como un banco central en Estados Unidos. Su principal órgano es la Junta de Gobernadores, compuesta por siete miembros nominados por el presidente del país y confirmados por el Senado. También hay otras 12 Fed en otras tantas regiones de Estados Unidos para vigilar las economías locales y a sus bancos.
El encargado de decidir si se suben o no los tipos es el Comité Federal de Mercado abierto (FOMC), que está formado por los siete miembros de la Junta de Gobernadores, el presidente de la Fed de Nueva York y otros cuatro presidentes de Fed regionales que se van rotando cada año.
Estos se reúnen unas ocho veces por año para discutir sobre la política monetaria del país, aunque las reuniones pueden aumentarse si la situación lo requiere.