El 70% de los migrantes que hoy pasan por el Darién son venezolanos, el 15% son menores de edad.
En los últimos tres años, los migrantes venezolanos y de otras nacionalidades utilizaron maniobras, trochas y cruces ilegales para llegar a Colombia, y seguir su paso hacia Panamá con destino a Estados Unidos.
El reciente restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela supondría un aumento en el número de foráneos que utilizarían la ruta por Panamá para continuar la travesía al norte.
Según cifras proporcionadas por la Defensoría del Pueblo de Panamá, a la fecha han ingresado a suelo panameño 141,878 migrantes, de los cuales 100,800 son venezolanos y 8,300 haitianos.
“Sin lugar a dudas, adicional a las personas que ya están llegando por el Darién, puede aumentar el número de venezolanos que escapan de las condiciones socioeconómicas de su país”, apuntó el defensor del Pueblo, Eduardo Leblanc, a ensegundos.com.pa.
“Nosotros nos toca defender y proteger los derechos humanos de todas personas en movilidad humana. Todos aquellos que llegan a Panamá, ya sea con destino al norte o estén en un proceso de protección. Esto es parte del mandato que Panamá firmó en el convenio de migración, logrando una migración segura y ordenada”, apuntó el ombudsman.
Durante 2021 más de 133,000 personas cruzaron la inhóspita zona selvática de Darién, una cifra récord que superó lo acumulado entre 2010 y 2020.
Panamá, en atención a los acuerdos y compromisos internacionales sobre derechos humanos, ofrece a la población migrante salud, alojamiento y alimentación.
En junio pasado, el Consejo de Gabinete aprobó una contratación para el suministro de alimentos preparados para migrantes en albergues establecidos en la provincia de Darién por $4.9 millones de dólares.
“En Panamá, tenemos que recibir a nuestros hermanos de donde vengan, darles alimentación, comodidades, y garantizar su paso seguro hasta Paso Canoas”, recalcó Leblanc.
El regente de los Derechos Humanos en Panamá consideró que los países tienen que satisfacer las necesidades de la población para que las personas no tengan que migrar.
En países convulsionados por el descontento social aumentan las posibilidades de que sus pobladores busquen nuevos horizontes o mejores días.
Según el defensor panameño, los primeros en irse son la población migrante establecida ya en dicho país. “En una nación con inconformidades políticas, sociales y económicas, las personas que son más susceptibles a salir son los migrantes”, remarcó.
Por ejemplo, recientemente, miles de personas salieron a las calles de 20 ciudades colombianas, para rechazar el alza en los precios de la gasolina, la invasión de tierras y las reformas tributarias, laborales y de salud, lo que supondría que un venezolano que se fue a Colombia busque un tercer país para establecerse, dependiendo de como avance la situación y sus condiciones.
Actualmente, el 80% de la migración es de América del Sur, el 70% es venezolana. Al día de hoy han pasado más de 96 mil venezolanos por el tapón del Darién, peligrosa selva donde hasta el momento se desconoce cuantas vidas ha cobrado.
Recientemente, Leblanc y su homólogo de Colombia, Carlos Camargo, se reunieron en Medellín para dar seguimiento a la situación migratoria en la zona del Urabá-Darién, ante las graves vulneraciones a los derechos humanos de las personas que atraviesan esa región.
Los ombudsman acordaron solicitar a las oficinas de migración de ambas naciones, activar los protocolos de intercambio de información veraz y efectiva, que ayude a determinar cuantitativamente, las cifras reales de poblaciones vulnerables como: niños, niñas, adolescentes, mujeres embarazadas, personas mayores y LGBTQIA+ quienes parten desde Necoclí y Capurganá, en Colombia.
Según datos de la Unicef, este año se ha duplicado la cantidad de niños, niñas y adolescentes que migran a través del tapón del Darién.
Para el organismo internacional, el impacto del viaje en la niñez es cada vez más preocupante, ya que se enfrentan a varias amenazas como el ahogamiento, la violencia, incluida la violencia sexual, los riesgos de trata de personas, la explotación y otros riesgos de salud.
La Unicef reconoce el compromiso de Panamá en la protección de los niños, niñas y adolescentes en tránsito y hace un llamado a las autoridades para que redoblen sus esfuerzos de protección y atención en un contexto cada vez más desafiante en la región de América Latina y el Caribe.
Según las estimaciones de Unicef, en 2022 un número récord de 3,5 millones de niños, niñas y adolescentes, un 47% más que el año pasado, se verán afectados por los flujos migratorios en la región de América Latina y el Caribe.