Para 2023, “los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global”, apuntó la Cepal en un comunicado.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), informó este miércoles que prevé que la desaceleración se acentúe en América Latina y el Caribe, con un crecimiento de 1,4 % en 2023, aunque espera un crecimiento de 3,2 % para este año, superior al indicado en agosto pasado.
El organismo dependiente de la ONU, con sede en Santiago de Chile, aseguró en un nuevo estudio que “el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afectó negativamente el crecimiento global -y con ello la demanda externa que enfrentó la región este año- junto con acentuar las presiones inflacionarias, la volatilidad y costos financieros”.
A esto, agregó la Cepal, se suman una “mayor aversión al riesgo, junto a la política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales del mundo”.
Lo anterior, señaló el organismo, “perjudicó los flujos de capital hacia los mercados emergentes, incluyendo América Latina, además de propiciar depreciaciones de las monedas locales y tornar más onerosa la obtención de financiamiento para los países de la región”.
Para 2023, “los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global”, apuntó la Cepal en un comunicado.
A nivel interno, como en otras partes del globo, los banco centrales determinaron aumentar sus tasas de política monetaria llevados por la alta presión inflacionaria, así como a reducir el crecimiento de los agregados monetarios.
De igual forma, los niveles de deuda pública se mantendrán altos según esta nueva previsión, en un contexto de “altas demandas por gasto público” que exigirán “medidas para fortalecer la sostenibilidad fiscal y ampliar el espacio fiscal mediante el fortalecimiento de los ingresos públicos”.
El bajo dinamismo de la economía China afectará particularmente a varios países de América del Sur, en tanto el gigante asiático es uno de los principales mercados para la exportación de sus bienes y materias primas.
“Tal es el caso por ejemplo de Chile, Brasil, Perú y Uruguay, que destinan a China más del 30 % de sus exportaciones de mercancías (40 % para Chile)”, apuntó la Cepal.
“América del Sur se verá afectada también por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política pública tiene para apuntalar la actividad. La alta inflación ha impactado los ingresos reales y los efectos sobre el consumo privado ya se han observado en algunos países a partir de la segunda mitad de este año”, advirtió el organismo.
De igual manera, la ralentización económica de Estados Unidos tendrá especial impacto en América Central y México.
“En este caso, sin embargo, los menores precios de los bienes básicos actuarían a favor en tanto varias de ellas son importadoras netas de alimentos y energía. Finalmente, en las economías del Caribe la inflación ha impactado no solo los ingresos reales y con ello el consumo, sino los costos de producción con un impacto negativo en la competitividad de las exportaciones tanto de bienes como de turismo”, concluyó.