Los partidos políticos son instituciones que deben identificarse con los problemas de la nación y promover su estructura y plataforma política en beneficio de todos los connacionales, porque reciben financiamiento público. Los recursos del Estado corresponden a todos.
En la era post-invasión se ha dado la muy interesante revisión del Código Electoral cada vez que pasa una elección, con la intención de corregir los supuestos errores que se dieron en la recién pasada consulta. Surgió la idea que se llevó a ley de la República, el financiamiento público a los partidos políticos.
La principal causa para ese ejercicio era evitar el financiamiento a los partidos políticos de fondos provenientes del blanqueo de capitales y que un donante se adueñara de una campaña política, allí está la condición primordial de limitar la donación privada.
En el camino de ese andar de enderezar los entuertos de los procesos electorales, se incluyó en los mismos la postulación in-dependiente o libre postulación, por la razón que sea y por las acciones legales que al respecto se dieron, se avanzó en esa modalidad.
Me llama poderosamente la atención, y lo he manifestado en reiteradas ocasiones, que los partidos políticos reciben financiamiento público, pero abanicamos las candidaturas in-dependientes o de la libre postulación.
La función del partido político es fortalecer las democracias, máxime que su funcionamiento es financiado con fondos públicos. Allí está el principal problema en no exigirles transparencia a los partidos políticos en su gestión mientras no ejercen la función pública de gobernar. Aunque esta función no necesariamente es así, ya que el partido que no logra acceder al Ejecutivo como gobierno central, lo ejerce a través del legislativo, municipios en alcaldías o Representantes de Corregimientos.
Entonces, queda claro que siempre sus copartidarios tendrán una función oficial vía elecciones.
Los partidos políticos son instituciones que deben identificarse con los problemas de la nación y promover su estructura y plataforma política en beneficio de todos los connacionales, porque reciben financiamiento público. Los recursos del Estado corresponden a todos.
La promoción de candidaturas in-dependientes o de libre postulación, surgen supuestamente por el agotamiento que se ve en los partidos políticos y porque desde esa acción y función hay corrupción. En estos días en que se analiza la validez de las firmas que respaldan las precandidaturas in-dependientes o de libre postulación, pero surgen actos que pueden ser considerados delitos electorales o hasta penales.
El tema, de la posible corrupción está en la parte institucional y estructural. Aquello, de que los pueblos tienen el gobierno que se merecen, ya pasó de moda y será, entonces, que tenemos el gobierno que se nos parece.
Ya lo dijo Ricardo J. Alfaro: “La democracia tiene dos grandes batallas que librar para asegurar su supervivencia. La una es contra la pobreza: la otra es contra la ignorancia” y allí los partidos políticos tienen una función importante. Abanicar las candidaturas in-dependientes o la libre postulación, no resolverá el problema.
El 61% de los respaldos como firmas a esa figura pertenecen a partidos políticos, amén de que varios precandidatos, pertenecen a partidos políticos.
La plataforma política debe ser fortalecida desde los mismos partidos políticos y exigirles responsabilidades y transparencia, sobro todo, a los que reciben financiamientos públicos y no abanicar candidaturas in-dependientes o de libre postulación, porque no lo tienen.
Y van a ejercer la función pública quienes tienen las mejoras formas de ponerlo en práctica. No es que se van a nombrar en la función pública todos los adherentes de un partido político. Me daría estrés pensar en una planilla estatal con el número de adherentes de los partidos políticos. Por ejemplo 700 mil adherentes de un partido político, en la función pública.