Marruecos defiende que estos traslados tienen como objetivo luchar contra las redes de emigración clandestina y son acordes a la ley que permite a las autoridades decidir sobre el lugar donde puede residir un emigrante en situación irregular.
Las autoridades marroquíes detuvieron ayer sábado a 275 inmigrantes subsaharianos en diferentes redadas en la provincia de Tetuán (norte del país), que serán trasladados hacia el interior del país para evitar su acercamiento a la frontera terrestre con la ciudad española de Ceuta.
Según informaron a Efe fuentes jurídicas, se trata de “una operación anticipativa” de las autoridades marroquíes en la zona, para evitar que los emigrantes se congregaran en los bosques cercanos a la frontera terrestre.
Los emigrantes serán posteriormente alejados hacia zonas en el interior del país en el marco de “traslados administrativos” decretados por las autoridades judiciales competentes, explicaron las fuentes.
Estas redadas se producen cuatro meses después de la intentona más mortal registrada en la frontera de la ciudad norteafricana española de Melilla cuando entre 1.700 y 2.000 personas intentaron el pasado 24 de junio cruzar de forma masiva la frontera, lo que causó la muerte de 23 personas.
Tras la tragedia de Melilla, ONG locales (entre ellas la Asociación Marroquí de Derechos Humanos) denunció traslados forzosos de los emigrantes hacia el interior del país (en Beni Mellal en el centro o Marrakech en el sur).
Sin embargo, Marruecos defiende que estos traslados tienen como objetivo luchar contra las redes de emigración clandestina y son acordes a la ley que permite a las autoridades decidir sobre el lugar donde puede residir un emigrante en situación irregular.