Salman bin Hamad agradeció al rey que le diera la confianza una vez más y apuntó que va a “empezar las consultas para elegir los nombres de los candidatos para los ministerios”, que deberán ser aprobados por el monarca, de acuerdo con BNA.
El rey de Baréin, Hamad bin Isa Al Jalifa, volvió a encomendar la tarea de formar Gobierno a su hijo, el príncipe heredero Salman bin Hamad bin Isa Al Jalifa, que ya ejerció como primer ministro durante el mandato anterior a las elecciones parlamentarias de este mes.
“El príncipe heredero, Salman bin Hamad bin Isa Al Jalifa, primer ministro, tendrá la misión de elegir los nuevos miembros del Gobierno, según el artículo 46 de la Constitución”, se apunta en un decreto emitido por el rey, difundido por la agencia de noticias oficial bareiní BNA.
El encargo se produce el mismo día que el príncipe heredero presentó su dimisión como primer ministro al rey, un proceso estipulado en la Carta Magna del país, pues el Ejecutivo debe presentar su renuncia tras la celebración de elecciones para la formación de uno nuevo.
En este sentido, Salman bin Hamad agradeció al rey que le diera la confianza una vez más y apuntó que va a “empezar las consultas para elegir los nombres de los candidatos para los ministerios”, que deberán ser aprobados por el monarca, de acuerdo con BNA.
Baréin celebró la primera ronda de las elecciones parlamentarias el pasado 12 de noviembre, con una participación histórica del 73 %, y completó la segunda vuelta el pasado sábado, en el que se acabaron de determinar los 40 diputados del nuevo Parlamento, al que la oposición ha sido vetada.
Un total de ocho mujeres configuran este nuevo Legislativo, una cifra también histórica para este pequeño país insular del golfo Pérsico.
Más de 344.000 ciudadanos fueron llamados a las urnas para elegir a los 507 candidatos que se postularon para un escaño, entre ellos 94 mujeres, y que se disputaron un total de 40 asientos en la Cámara baja en unos comicios marcados por la prohibición a la oposición de participar en el proceso electoral.
El Legislativo cuenta con unas capacidades muy limitadas y algunos diputados han expresado su preocupación, porque las leyes aprobadas habitualmente son rechazadas por el gobierno.