Una aventura extrema que hará que los diez “héroes rapanui”, escoltados por una buque de la Armada chilena, remen durante cuatro días y tres noches de forma ininterrumpida para cubrir los 500 kilómetros de grandes olas y fuertes vientos.
Diez remeros, seis a bordo de una canoa típica polinesia, y cuatro para dar relevos, partieron este sábado desde la Isla de Pascua en dirección al Parque Motu Motiro Hiva, en la Isla Salas y Gómez, en el inicio del “Desafío Hoki Mai”, una inédita iniciativa por la defensa de los océanos.
Una aventura extrema que hará que los diez “héroes rapanui”, escoltados por una buque de la Armada chilena, remen durante cuatro días y tres noches de forma ininterrumpida para cubrir los 500 kilómetros de grandes olas y fuertes vientos que separan ambas islas polinésicas y mandar un mensaje al mundo sobre los efectos de la emergencia climática.
Rafael Jovino Toki, profesor de Educación Física y formador de niños de cultura ancestral de la Polinesia, dirige al grupo de remeros y explica que la partida este 3 de diciembre supone cumplir con un sueño que quedó quebrado en 2015 tras confirmar que carecían de una embarcación segura para una travesía de esas condiciones.
“Lo que no nos permitió hacerlo justamente era una embarcación segura para hacer la travesía”, explica a Efe en el pequeño puerto de la Isla.
“La parte logística ha conseguido una embarcación grande que sea segura y que nos pueda socorrer en cualquier inclemencia climática que se nos presente”, afirma en alusión al buque de la Armada chilena que los acompañará.
SEGURIDAD Y PSICOLOGÍA
Conseguida la embarcación de seguridad, la segunda fase comenzó hace tres meses con la elección de la tripulación, un conjunto de hombres y mujeres que mezcla remeros expertos con otros que apenas se han iniciado en esta dura disciplina.
“Hay una variedad de remadores, unos que tienen bastante experiencia en la parte competitiva y otros que llevan entre un año y dos años. La idea es ir remando con un equipo que va siendo relevado” añade Jovino antes de destacar que la parte más difícil del entrenamiento y del desafío es la cuestión psicológica.
“El trabajo psicológico después de remar. Creo que es el que vamos a sentir más porque hay que cambiarse de ropa, comer, abrigarse, después de hacer de nuevo el mismo trajín y trabajo para poder seguir remando”, especialmente en las horas nocturnas, donde la oscuridad del cielo añade una dificultad extra, subraya.
“Al final hay que acostumbrarse. Acostumbrarse a seguir la Luna, y a no seguir la Tierra. Nosotros normalmente remamos al lado de la las costas. Estábamos trabajando como entre 10,5 kilómetros a 11,6 a la hora”, con el objetivo de llegar en tres días, recalcó.
“Ojalá que la gente rapanui esté orgullosa de nosotros, porque al final no solo vamos diez o doce. vamos a acarrear a todo nuestro pueblo y ojalá que esté con nosotros porque para que nos vaya”, agrega.
En la misma línea se pronuncia Verónica Tuki-Hito, presidenta de la ONG Hoki Mai, quien en su modesta casa frente a la costa acoge a los remeros, les ofrece el desayuno tras horas de duro entreno y los cuida como si fueran hijos propios.
“El objetivo del desafío es llevar la voz al mundo entero sobre el cuidado medioambiental oceánico”, afirma a Efe la mujer antes de agradecer el apoyo de entidades privadas, que han hecho posible esta aventura.
PRIMER MOAI MUJER
Además de la hazaña en canoa, el desafío Hoki Mai incluye la creación de la primera mohai vahini, una estatua con forma de mujer, que se talla no solo en representación de las mujeres polinésicas, sino también de las mujeres del mundo”.
“Esta propuesta cultural representa un homenaje a mujeres relevantes para Rapa Nui, como María Angata, quien luchó por el bienestar de su pueblo, las mujeres de la isla que apoyaron a Alfonso Rapu y muchas otras que han marcado nuestra historia”, agregó.
Está previsto que los remeros lleguen a su destino entre el 6 y el 7 de diciembre, dependiendo de las condiciones del mar.