De acuerdo con Fedefarma, para asegurar la eficiencia de la inversión en salud, primero se deben identificar los problemas sanitarios que aquejan a cada país, con el fin de dar una respuesta concreta y estratégica.
Los Gobiernos deberán atender con carácter de urgencia durante este año, lo relativo a la crisis económica y sanitaria de los últimos años, el aumento de la inflación y los altos índices de desempleo, los que han dejado al descubierto las debilidades que han afectado en gran medida la sostenibilidad de los sistemas de salud de la región centroamericana y del Caribe.
Desde 2020, entidades como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial, han advertido que el malgasto en salud es el principal reto de la región. Es por esta razón que, para la Federación Centroamericana y del Caribe de Laboratorios Farmacéuticos (Fedefarma), los Gobiernos no solo deberán invertir más en salud, sino ser más eficientes en el uso de estos recursos.
De acuerdo con Victoria Brenes, directora ejecutiva de Fedefarma, el principal problema es que, entre menor sea el presupuesto de un país para la salud pública, menor va a ser el acceso que tengan sus ciudadanos a mejores terapias, afectando directamente su calidad de vida.
“Uno de los principales retos a los que se verán enfrentadas las autoridades de salud es la inversión necesaria en tecnología e innovación, los cuales concretamente permiten no solo ver resultados de mejoría en el sistema y mayor eficacia de los servicios de atención, sino también brindan el beneficio más importante que es mejorar los índices de salud de la población” señaló Brenes.
De acuerdo con Fedefarma, para asegurar la eficiencia de la inversión en salud, primero se deben identificar los problemas sanitarios que aquejan a cada país, con el fin de dar una respuesta concreta y estratégica. “Un método que ha demostrado ser eficaz en países europeos y algunos latinoamericanos, es la implementación de los estudios de farmacoeconomía (que analizan la relación coste-beneficio de los tratamientos) y la implementación de la evaluación de las tecnologías sanitarias”, señaló Brenes.
Decidir la compra de los medicamentos según factores demográficos locales, costos, las cargas de enfermedades para los sistemas de salud, los estándares de atención integral y las prioridades de la agenda de salud nacional, permitirá enfrentar los retos de salud al mismo tiempo que asegura la sostenibilidad de la seguridad social.
Según la OCDE y el Banco Mundial, únicamente 5 países (Belice, Jamaica, México, Paraguay, Uruguay) de los 21 en Latinoamérica y el Caribe, utilizan la evaluación de tecnologías sanitarias para tomar decisiones acerca de la cobertura de los servicios de salud y la política pública.
Para Fedefarma, invertir en salud es invertir en bienestar, calidad de vida, productividad y desarrollo; por lo tanto, hacer uso de las tecnologías e implementar las buenas prácticas que han tenido éxito en otras regiones, traerá un beneficio económico para los países.
Otro aspecto a tomar en cuenta es la necesidad de que las barreras que enfrentan los sistemas de salud sean derribadas. En este proceso las alianzas público-privadas son clave. La industria se encuentra generando permanentemente información para impactar positivamente la calidad de vida de la población y estar preparados para cualquier emergencia sanitaria en el futuro.
Actualmente, Fedefarma se encuentra trabajando en la generación de data que analiza los beneficios de una adecuada inversión en salud y de buenas prácticas presupuestarias, cuyos resultados serán compartidos en los próximos meses.