En Panamá, según datos del Ministerio de Salud, el 26% de los fallecimientos del país están asociados a infartos, hipertensión arterial y derrames cerebrales, es decir, enfermedades cardiovasculares, las cuales pueden ser prevenibles al evitar tabaquismo, presión arterial alta, colesterol alto y diabetes no controlada.
Si crees que eres demasiado joven para preocuparte por las enfermedades del corazón, piénselo dos veces. Anteriormente era bastante inusual que una persona menor de 40 años experimentara un infarto. Sin embargo, gran parte del aumento de los infartos a una edad temprana puede atribuirse a cambios en el estilo de vida.
Para entender por qué ocurre esto, el cardiólogo preventivo Dr. Luke Laffin, codirector del Centro de Trastornos de la Presión Arterial de Cleveland Clinic afirma que los infartos no son sólo cosa adultos mayores. “Rara vez se consideraba una tendencia médica. ¿Qué ha cambiado? Básicamente, la forma en que vivimos. “, dice el Dr. Laffin.
El riesgo de sufrir un infarto prematuro puede desarrollarse o acelerarse a una edad temprana, puede atribuirse a cambios en el estilo de vida como pasar a más tiempo sentado frente a la pantalla, comer alimentos ultraprocesados y tener poca actividad física. Además, las probabilidades pueden incrementar por las siguientes causas:
Diabetes de tipo 2
Es uno de los mayores factores de riesgo de cardiopatía “Esto se debe a los elevados niveles de azúcar en sangre provocados por la diabetes que pueden dañar los vasos sanguíneos y los nervios que sirven al corazón.”, afirma el Dr. Laffin.
Consumo de tabaco
El humo del tabaco desprende más de 7.000 sustancias químicas. Respirar esa mezcla tóxica provoca todo tipo de daños en el organismo, incluido el corazón. “Fumar altera la química de la sangre, lo que puede obstruir las arterias con una acumulación de placa cerosa”, Confirma el Dr. Luke.
Abuso de sustancias
Los investigadores descubrieron que las personas más jóvenes que han sufrido un infarto son más propensas a declarar el abuso de sustancias, incluido el consumo de marihuana y cocaína.
Antecedentes familiares
La genética puede aumentar sus probabilidades de sufrir un infarto de miocardio prematuro. Su riesgo hereditario de enfermedad cardiaca se define por tener un: un familiar masculino menor de 55 años con antecedentes de infarto de miocardio o ictus o un familiar femenino menor de 65 años con antecedentes de infarto de miocardio o ictus.
La mejor forma de evitar un infarto es prevenir la progresión de los factores de riesgo de infarto antes de que se conviertan en preocupantes. Eso significa trabajar para cambiar las condiciones sociales y ambientales que afectan a su salud cardiaca. Esto incluye tomar medidas como:
- Hacer más ejercicio. Hacer 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana.
- Mantener un peso saludable. Perder sólo dos kilos de más puede suponer una diferencia notable en los niveles de presión arterial y colesterol.
- Comer alimentos nutritivos. Una dieta cardiosaludable puede beneficiar a su organismo de muchas maneras.
- Controlar el estrés. Aprender a controlar el estrés le vendrá bien al corazón.
- Dejar de fumar. Compruebe los beneficios para la salud de los que empezará a disfrutar dejar el tabaco casi inmediatamente después de esa última calada.
- Conocer los antecedentes cardiacos de su familia. No puede cambiar su genética, pero conocerla es clave para tomar las medidas preventivas necesarias ante posibles problemas cardiacos.
Es importante conocer los distintos factores de riesgo de infarto para evitar un imprevisto cardiaco. “No hay suficientes jóvenes que se tomen en serio sus factores de riesgo”, advirtió el Dr. Laffin.
“Pero tenemos que ser comprometidos en la modificación de los factores de riesgo, o la tasa de infarto en personas de edad joven va a seguir subiendo”, añadió.