El milagro azulgrana del papa

El milagro azulgrana del papa
Fotografía de una escultura del papa Francisco, el 8 de marzo de 2023, en el museo Jacobo Urso del Club San Lorenzo de fútbol, en Buenos Aires (Argentina). EFE/Enrique García Medina.

Quienes conocen al papa Francisco afirman que cuando ve una camiseta de San Lorenzo en El Vaticano se acerca a saludar a quien la porta y no esconde su simpatía azulgrana hable con quién hable.

Tenía solo 10 años, pero aquel equipo le fascinó. Esa delantera “Martino-Pontoni-Farro”, que aún hoy enumera de carrerilla, como el resto del once titular le llevó a volverse ‘cuervo’. En aquel Buenos Aires de 1946, el entonces niño Jorge Mario Bergoglio se hizo hincha de San Lorenzo.

El equipo que hizo magia durante una gira en Europa y que fue aclamado por las calles de España como décadas después ocurriría con The Beatles, fue uno de los motores. El otro fue el amor de su padre, que lo llevaba al Viejo Gasómetro -antiguo estadio del ‘Ciclón’- y que, además, jugaba al baloncesto en San Lorenzo.

“A él le gusta recordar constantemente a San Lorenzo, siempre cuenta anécdotas del equipo del 46”, dijo a EFE el ministro de Turismo y Deportes de Argentina, Matías Lammens, quien presidió San Lorenzo entre 2012 y 2019 y que ha visitado en Roma al papa Francisco en varias ocasiones.

De sus 86 años, en los 10 que lleva al frente del ministerio petrino, Bergoglio ha ‘visto’ a su equipo lograr la única Copa Libertadores de su historia (2014) y a la selección de Argentina su tercer título mundial (2022). Pero solo entre comillas, porque en realidad no ve la televisión desde 1990, por lo que no contempló ninguno de los dos acontecimientos: él escucha la radio.

Quienes le conocen afirman que cuando ve una camiseta de San Lorenzo en El Vaticano se acerca a saludar a quien la porta y no esconde su simpatía azulgrana hable con quién hable.

“Ya en ese momento, en Roma, pasaba una cosa maravillosa con Francisco, en la que si decías que eras argentino y de San Lorenzo decían: ‘la escuadra del Papa'”, explicó el exdirigente ‘cuervo’, quien aludió al “reconocimiento internacional” de la entidad que terminó “jugando un partido contra el Milán”.

SOCIO ACTIVO

Francisco es el socio número 88235 y, aunque el club le hizo honorario en agosto de 2013, meses después de su proclamación en Roma, él sigue abonando su cuota.

“Está como socio activo”, explicó a EFE Karina Lefevre, secretaria de Actas y responsable del Departamento Social del club, quien insiste: “Te firmo que paga la cuota”.

Esta directiva está encargada desde hace un mes de organizar los eventos con los que el club homenajea a su socio más famoso -seguido por el actor estadounidense Viggo Mortensen, quien donó dinero para la construcción de la capilla en la ciudad deportiva que hoy lleva el nombre del padre Lorenzo Massa, fundador del San Lorenzo-.

En esa sencilla capilla, de ladrillo visto y vidrio con los colores rojo y azul por doquier, incluso en el manto de la virgen, el próximo viernes habrá una misa de Acción de Gracias celebrada por el arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, también hincha ‘santo’.

“No podíamos no homenajearlo, porque es un hito histórico. Difícilmente se pueda dar de nuevo algo así”, explicó Lefevre tras resaltar que el hecho de que fuera el primer papa latinoamericano era importante, pero “que sea tan cercano” a ellos, “es como muy fuerte”.

En la fundación del club, que en sus estatutos tiene prohibido convertirse en Sociedad Anónima Deportiva para seguir como asociación civil, intervino el mencionado sacerdote, quien animó a los jóvenes a jugar al fútbol para alejarlos de los peligros del barrio.

Hoy la entidad mantiene ese espíritu y colabora con chicos del humilde Barrio Padre Ricciardelli (antigua Villa 1-11-14), donde está emplazada la parroquia Madre del Pueblo, en la que colaboraba Bergoglio.

¿MILAGRO?

El niño Bergoglio que soñaba con el delirante ataque de Rinaldo Martino, René Pontoni y Armando Farro y que jugaba al fútbol en un potrero (terreno baldío) del barrio de Flores, aunque las malas lenguas dicen que no era muy habilidoso, hoy tiene una estatua en el museo del club.

En la imagen aparece ataviado con la sotana, la esclavina y el solideo papal. Además, una bufanda del San Lorenzo rodea su cuello.

Sin duda, en ese recinto de gloria deportiva la joya es la Libertadores lograda en 2014 que una delegación encabezada por Lammens portó hasta El Vaticano para que Francisco la contemplara.

“Recuerdo que mientras lo esperábamos, le pregunté a uno de sus custodios si miraba los partidos y me dijeron que no por la diferencia horaria, pero sí para saber el resultado de la final se levantó cerca de las 4 de la mañana”, dijo el exdirigente.

Sobre ese encuentro, el ministro recordó que el portero Sebastián Torrico le “llevó los guantes y el papa no podía creerlo”.

En tono humorístico, Lefevre recordó que los comentarios de hinchas ante las atajadas del guardameta eran que “está Francisco en el arco, porque no puede ser que no entró esa pelota”.

Entonces se generalizó un chiste: “Bueno, el papa es de San Lorenzo, tenemos el celular de dios”.

Lammens dijo que no está “tan seguro de creer en los milagros, pero sí había una energía o algo en la que San Lorenzo venía mejorando y, de repente, Jorge Bergoglio termina siendo papa” y concluyó: “Es una explicación poco racional, pero algo había en el aire que se había dado para que San Lorenzo ganara”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *