“Cada ruso debe entender que es personalmente responsable de lo que está sucediendo y debe contribuir dentro de sus posibilidades a la lucha (contra los que están en el poder en Rusia)”, dijo Kudashev por teléfono a EFE.
La lucha armada sigue siendo la única forma viable de sacar a Putin del poder, cree el antiguo ecoactivista Aleksandr Kudashev, que abandonó Samara, su ciudad natal en Rusia, y se unió al Cuerpo de Voluntarios Rusos en Ucrania para que su ejemplo pudiera ayudar a romper la apatía y desesperación de sus compatriotas.
“Cada ruso debe entender que es personalmente responsable de lo que está sucediendo y debe contribuir dentro de sus posibilidades a la lucha (contra los que están en el poder en Rusia)”, dijo Kudashev por teléfono a EFE.
El activista de 40 años se encuentra actualmente en rehabilitación tras sufrir una herida por una explosión durante una misión. A pesar del miedo que, según él, siente todo soldado, está listo para regresar al combate pronto, creyendo que simplemente no le queda otra opción.
Kudashev compara la degradación gradual de la vida política en Rusia, que continuó durante años, con “cocer viva una rana”.
Cuando Rusia invadió Ucrania, Kudashev salió a protestar solo para descubrir que enormes multas y detenciones habían disuadido a quienes no apoyaban las decisiones de Putin de arriesgar su bienestar. Muchos se han alejado de la vida política, convenciéndose de que sus acciones no pueden cambiar nada.
Después de intentar sin éxito ayudar a la defensa ucraniana como voluntario civil, Kudashev pidió ayuda a dos unidades de voluntarios del ejército ucraniano, formadas con rusos étnicos.
Lo recibió del Cuerpo de Voluntarios Rusos, que atacó la vecina región rusa de Belgorov, capturó brevemente varios asentamientos en mayo y recientemente informó sobre la “eliminación” de un teniente coronel del Servicio Federal de Seguridad de Rusia en una incursión en la región de Bryansk.
Dirigido por Denis ‘White Rex’ Kapustin, conocido por sus opiniones de ultraderecha, está formado por rusos étnicos con diversas opiniones y antecedentes políticos, entre ellos exmercenarios del grupo ruso Wagner.
“No nos presionamos unos a otros. Nuestro objetivo e idea unificadores es el derrocamiento del gobierno de Putin”, dice Kudashev, quien se unió a él y recibió entrenamiento militar allí este verano.
Dice que se siente más cómodo allí que con los “guerreros de la cocina” en Rusia, aquellos que sólo pueden discutir lo malo que es el gobierno, pero no hacen nada para cambiar nada.
Según Kudashev, esta guerra se libra entre “los mejores”, aquellos que tomaron las armas para proteger sus hogares y familias, y “los peores”, aquellos que renuncian a su voluntad y siguen ciegamente órdenes.
Kudashev sabía que su posición abierta probablemente provocaría una reacción del régimen de Putin y ha limitado las comunicaciones con algunas personas de su círculo cercano para intentar salvarlos.
Las represalias aun llegaron con su amiga íntima en Samara, Irina Ismailova, detenida y acusada de fabricar explosivos para la inteligencia ucraniana. Kudashev espera que pueda ser canjeada por colaboradores prorrusos en Ucrania.
En Ucrania, su acento hace que la gente reconozca rápidamente sus orígenes rusos. Aun así, después de que explica su historia, los ucranianos “sólo expresan palabras de apoyo y aprobación”.
Kudashev no está seguro de si Ucrania será capaz de retomar todos los territorios ocupados por Rusia, dado el actual e insuficiente nivel de apoyo de sus socios en el extranjero.
Sin embargo, también cree que Rusia ha alcanzado su “máximo” en el campo de batalla, pues cada objetivo capturado con enormes pérdidas plantea más preguntas sobre el precio y el fin de todo ello.
“La sociedad ucraniana sólo se sentirá segura cuando el régimen en el poder en Rusia sea eliminado”, asegura.
En cualquier otro escenario, como un “conflicto congelado” o que Putin permanezca en el poder a pesar de perder los territorios ocupados en Ucrania, Rusia buscará acumular recursos para atacar nuevamente, cree Kudashev.
Lo que da esperanza, dice el soldado voluntario, es que, aunque muchos rusos están desmoralizados, la unidad de Kudashev les muestra que la lucha armada contra el régimen es posible.
Cree que una vez que Putin pierda el poder, su sistema se desmorona y, si los procesos democráticos se afianzaran, la mayoría apoyaría al candidato que detendría la guerra.