“Es un día para reflexionar sobre la familia, los seres queridos y la paz”, sintetizó Jim Schubert. Meditar en ello coadyuva a mantener el equilibrio, la tolerancia y el respeto en el núcleo de la sociedad.
El Día de Acción de Gracias es una festividad de relevancia en muchos países y una de las principales en los Estados Unidos.
Esta celebración se acoge cada vez mayormente debido a que exalta una de las virtudes más hermosas, la gratitud. Adquirió reconocimiento también en Panamá a causa de nuestra relación histórica con el país norteamericano.
La costumbre consiste en una emotiva reunión entre familiares y amigos para reconocer las bendiciones otorgadas, y por supuesto, a quien está detrás de ellas, Dios.
El “Thanksgiving day”, como se le conoce en el idioma inglés, es de carácter religioso y se celebra hoy. Proviene de la palabra “thanks”, cuya traducción es gracias; y “giving”, que significa dando.
Aunque la fiesta ha sido objeto de diferentes opiniones, es innegable que la actitud de aprecio a las bendiciones de la vida, y por supuesto, la facultad de visualizarlas, hace sentir felicidad. Es una cualidad importante en el bienestar emocional y reflejo de una profunda fe.
Para quienes celebran la fecha, esta contribuye a preservar el valor de la unidad y realza el amor familiar, ya sea que los miembros vivan en el mismo lugar o que separadamente mantengan el sentimiento incondicional con sus seres queridos.
La práctica refuerza el cariño y la confianza entre amigos, principalmente de aquellos que forman parte importante de nuestro vivir.
Cuenta la historia que luego de una ardua travesía en un barco llamado Mayflower, peregrinos provenientes de Inglaterra, arribaron a la colonia de Plymouth, actualmente en el estado de Massachusetts. Estos pasaron allí tiempos difíciles durante el desafiante e inclemente invierno y muchos fallecieron.
Luego de la infortunada temporada, los ingleses que subsistieron aprendieron a cultivar la tierra y lograron buena producción de alimentos. Con tan prodigiosa recolección aseguraron hasta su reserva para los momentos de escasez.
Los anglos que habían ido a colonizar, celebraron por varios días los frutos de la primera recolección con los nativos del lugar, por lo que se le conoce también a la tradición como la “fiesta de la buena cosecha”. Esta no solo fue una coyuntura para compartir, sino agradecer.
Sobre esta tradición, conversamos con el señor James Schubert (Jim) de nacionalidad estadounidense, residente de Tampa.
Pero, ¿por qué es Jim nuestro invitado especial en el artículo del Día de Acción de Gracias? Porque es muestra de un corazón lleno de gratitud, a pesar de grandes dificultades en un periodo de la vida. Es inspiración para que seamos agradecidos por lo que “sí” tenemos, sin importar la gravedad de los desafíos y lo que “pensemos” hayamos perdido.
Con respecto a los antecedentes del día festivo, explicó, “los primeros pobladores tuvieron una gran reunión con los indios nativos. Compartieron juntos una cuantiosa comida y dejaron aparte sus diferencias y problemas”.
Agregó, contaron historias, bailaron y establecieron vínculos de amistad perdurables. La ocasión tuvo tal éxito que se realizó todos los años desde 1621. Se convirtió en fiesta nacional en 1863”.
Fue el presidente Abraham Lincoln quien proclamó el Día Nacional de Acción de Gracias, el último jueves del mes de noviembre.
Se trata de un homenaje a la gratitud, a la apreciación de lo que se ha recibido o con fe se recibirá, incluso, la aceptación de lo que no fue para nosotros. Es una oportunidad para llegar a entendimientos, alcanzar armonía, perdonar y liberar resentimientos.
El sentido es mucho más que intercambiar bonitos mensajes, son acciones para ser recíprocos con lo bueno que Dios ha sido con nosotros.
“Es un día para reflexionar sobre la familia, los seres queridos y la paz”, sintetizó Jim. Meditar en ello coadyuva a mantener el equilibrio, la tolerancia y el respeto en el núcleo de la sociedad.
Por lo general, se pasa en el hogar. Dijo Jim, “es un tiempo de relajación, en el que se conversa y comparten historias”.
“De ser posible, no debemos olvidar algo importante: Ofrecer platos de comida a personas desafortunadas o sin hogar”, enfatizó.
Ha formado parte de la celebración de Jim, el hermoso gesto de convidar a su mesa a personas que carecen de hogar, quienes han sido sus invitados especiales, o a quien no tenga con quien compartir.
En la velada del Día de Acción de Gracias se conservan las tradiciones familiares. Las personas que viven distantes viajan para estar con sus seres queridos y festejan haberse encontrado.
Mencionó Jim que, “aún recuerdo los tiempos cuando era más joven. Íbamos todos a la casa de mis abuelos. Compartíamos con mis tíos y jugábamos con los primos.
Los preliminares del Día de Acción de Gracias se llevan a cabo con mucha ilusión. Conducen a compartir tareas, recuerdos y pasar tiempo juntos.
Contó sobre el festejo, “tiene mucha preparación, por lo que se cocina desde el día anterior. La familia en la casa donde se reúnen organiza los detalles. Los demás llevan algún acompañamiento o postre”.
Sobre su forma de celebrar, adicionó, “nos vestimos con ropa bonita. Vamos a la iglesia. Jugamos a las cartas, miramos fotos antiguas y vemos al mago de Oz”.
Añadió, cuando llega la hora de cenar, antes de comenzar, alguien siempre da las gracias y bendice la comida. Luego, compartimos los diferentes platillos y el postre. Disfrutamos mucho. Al final, todos ayudan a limpiar, pues eso también se hace en colaboración. Después se retiran a sus casas.
En la cena del Día de Acción de Gracias se suelen utilizar ingredientes originarios de los nativos, además de otros exquisitos platos conocidos, lo cual es símbolo de abundancia. Los países incluyen recetas de sus diferentes culturas. Casi en todos los casos, el alimento que nunca falta es el pavo relleno al horno preparado de diversas maneras.
De acuerdo a National Geographic, el pavo fue preferido por el volumen que tiene en comparación con otras aves. La fuente señaló que, “por las precarias condiciones en las que vivían los colonos americanos, los ganaderos a menudo preferían criar aves que ganado. Y puestos a sacrificar un ave, los pavos tienen más carne que las gallinas o patos”.
Forma parte de los platillos preparados por Jim y su familia: Pavo, jamón, pato, paleta de cerdo, cangrejo hervido, pasta, arroz, puré de patatas, salsa, maíz, zanahorias, judías verdes, brócoli, relleno, pan o galletas frescas. También, cazuela. Y de postres, tarta de manzana, flan, tarta de calabaza, tarta de lima, merengue de limón, galletas y helado. Él se destaca en el arte culinario y lo comparte bondadosamente.
Esta fecha nos lleva a pensar que por muchas razones somos afortunados, ya sea estemos en las altas o bajas que son parte de la vida. A veces por circunstancias temporales, como es todo aquí en la tierra, nos focalizamos en lo negativo.
Sin embargo, si colocamos en una balanza ambos aspectos, de seguro las bendiciones que tenemos serán muchas, nunca faltan, iniciando porque hoy abrimos los ojos, por estar vivos, por otra oportunidad y las fuerzas para seguir. Nuestro techo, trabajo y alimento, son motivos de gratitud, pues no todos tienen.
La creación completa merece que seamos agradecidos, al igual que los que nos acompañan en el paso por la vida: Nuestra familia y amigos, con mayor razón si son como Jim.
Es una gran razón para decir gracias, ser hijos de Dios y ser amados o apreciados. ¿Y qué hacemos con las tristezas o desilusiones? ¡También hay que agradecerlas! Forman parte de nuestro proceso. Aún en medio de problemas y dificultades nuestro corazón debe mantener la gratitud, con la certeza de que, “Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman” (Romanos 8:28).
Que tengan un maravilloso Día de Acción de Gracias.