En el país asiático se están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para comprender mejor la naturaleza y el alcance de la enfermedad, y se está trabajando en el desarrollo de tratamientos eficaces y vacunas específicas
El brote de Mycropasma pneumoniae ha vuelto a poner a China en el epicentro de la salud pública, a cuatro años desde que el mundo quedó atónito por la aparición del SARS CoV 2 que derivó en una pandemia global.
Según publicó el diario La Razón, el pasado 22 de noviembre las autoridades chinas indicaron que desde mayo de 2023 se tuvo un repunte de las consultas externas e ingresos hospitalarios de niños con neumonía por Mycoplasma pneumoniae.
La infección causada por la bacteria se detectó principalmente entre la población de 5 a 14 años, mientras que el resto de ciudadanos se vio afectado por diversos virus respiratorios como la gripe A/H3N2, el adenovirus o el VSR.
Los síntomas de esta neumonía pueden variar desde tos persistente y fiebre hasta dificultad para respirar y dolor en el pecho. Aunque generalmente no es mortal, puede resultar grave en personas con sistemas inmunológicos debilitados.
En opinión de los científicos, esta bacteria presenta una elevada resistencia a los fármacos, lo que hace ineficaces los antibióticos que normalmente se recetan a los menores, por lo que puede provocar enfermedades más graves.
El problema existe desde hace años ya que China tiene un nivel de resistencia a los antibióticos macrólidos muy superior al de otros países, según un documento de 2013 del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, lo que hace en gran medida ineficaces las recientes peticiones de los médicos para que los padres no almacenen medicamentos ni se los den a los niños sin consultar a profesionales médicos.
Las autoridades chinas intentan ahora encontrar un equilibrio entre la transparencia y no causar miedo o indignación entre la población. Se han apresurado a destacar los casos causados por patógenos conocidos y han lanzado una campaña para informar de los síntomas causados por ellos.
Al mismo tiempo, insisten en que su sistema sanitario no se ha visto desbordado, y que tienen capacidad suficiente para hacer frente a cualquier situación.