La desinformación encabeza los riesgos globales en el 2024 e influirá en los procesos electorales de los próximos años
En su Informe de Riesgos Globales 2024, basado en datos sobre la percepción de riesgos, el Foro Económico Mundial advierte que el mundo se encuentra frente un panorama global de riesgos en el que el progreso del desarrollo humano se desvía lentamente, y los Estados y la población quedan en una posición vulnerable.
En un contexto de cambios sistémicos en la dinámica del poder global, el clima, la tecnología y la demografía, los riesgos globales están llevando al límite la capacidad de adaptación del mundo.
El informe, elaborado en colaboración con Zurich Insurance Group y Marsh McLennan, se basa en las opiniones de más de 1400 expertos en riesgos globales, políticos y líderes de la industria encuestados en septiembre de 2023.
Los resultados destacan una perspectiva predominantemente negativa para el mundo a corto plazo que se espera que empeore a largo plazo. Si bien el 30% de los expertos globales esperan una alta probabilidad de catástrofes mundiales en los próximos dos años, casi dos tercios esperan que esto ocurra en los próximos 10 años.
“Un orden global inestable caracterizado por la polarización de las narrativas y la inseguridad, el empeoramiento de los impactos del clima extremo y la incertidumbre económica están acelerando la propagación de los riesgos, incluyendo la información errónea y la desinformación”, afirmó Saadia Zahidi, directora gerente del Foro Económico Mundial.
Aumenta desinformación
Las preocupaciones por una crisis persistente en el costo de vida, los riesgos interconectados de la información errónea y la desinformación motivados por la inteligencia artificial y la polarización social dominan el panorama de los riesgos para 2024.
El vínculo entre la información falsa y el malestar social ocupará un lugar central en las elecciones que se celebrarán en varias economías importantes en los próximos dos años.
Además, los conflictos armados entre estados son una de las cinco principales preocupaciones de los próximos dos años. En un momento en el que existen varios conflictos bélicos en curso, las tensiones geopolíticas subyacentes y el riesgo de desgaste de la resiliencia social están propagando los conflictos.
Los próximos años estarán marcados por la constante incertidumbre económica, y el crecimiento de las brechas económicas y tecnológicas.
La falta de oportunidades económicas ocupa el sexto lugar en los próximos dos años. A largo plazo, podrían surgir barreras relativas a la movilidad económica, lo que dejaría afuera de las oportunidades económicas a grandes sectores de la población.
Los países propensos a conflictos o vulnerables en lo que respecta al clima pueden estar cada vez más desprovistos de inversiones y tecnologías, y la consiguiente creación de empleo vinculada a estas. En ausencia de medios de subsistencia para asegurar la vida, podría profundizarse la delincuencia, la militarización o la radicalización.
Catástrofes extremas
Los riesgos ambientales siguen dominando el panorama de riesgos en todos los marcos temporales. Dos tercios de los expertos globales temen que se produzcan eventos meteorológicos extremos en el 2024.
El clima extremo, el cambio drástico de los sistemas terrestres, la pérdida de la biodiversidad y el colapso de los ecosistemas, la escasez de recursos naturales y la contaminación representan cinco de los 10 riesgos más graves que se perciben para la próxima década.
El informe también explora otros tipos de acciones que no dependan exclusivamente de la cooperación entre estados: como fortalecer la resiliencia individual y estatal a través de campañas de alfabetización digital sobre información errónea y desinformación, o fomentar una mayor investigación y desarrollo sobre la previsión climática y las tecnologías con el potencial de acelerar la transición energética, con la participación de sectores públicos y privados.
Carolina Klint, Chief Commercial Officer de Marsh McLennan, Europa, señaló: “Los avances de la inteligencia artificial afectarán radicalmente las perspectivas de riesgos de las organizaciones, por lo que muchos tendrán problemas para reaccionar ante amenazas derivadas de la información errónea, la desintermediación y el cálculo estratégico erróneo.
Al mismo tiempo, las empresas tendrán que negociar cadenas de suministro cada vez más complejas debido a la geopolítica y el cambio climático, así como por las amenazas cibernéticas crecientes. Se necesitará un enfoque tenaz para desarrollar resiliencia a nivel organizacional, nacional e internacional, y una mayor cooperación entre los sectores público y privado, para hacer frente a este panorama de riesgos en rápida evolución.