Pakistán reaccionó calificando el hecho como una “violación no provocada” de su espacio aéreo que “tendrá graves consecuencias”
“Dos importantes cuarteles del grupo terrorista Yeish al Adl fueron destruidos con misiles y drones en Pakistán” informó este miércoles la agencia Tasnim, vinculada a la Guardia Revolucionaria del país persa.
Yeish al-Adl es un grupo suní opositor al régimen chiita de Teherán, que afirma que están apoyados por Israel. El grupo reivindicó el ataque en el que murieron 11 policías en la ciudad de Rask de Sistán Baluchistán el pasado diciembre, entre otros atentados en los últimos años.
Según Tasnim, dos bastiones del Yeish al-Adl, en Pakistán, fueron destruidos. Ese grupo es conocido como el “Ejército de la Justicia” y es una facción militante suní fundada en 2012 con una presencia cada vez más importante en Pakistán.
Los disparos de proyectiles iraníes causaron dos muertos, niños, según Islamabad, y dejaron varios heridos. Estas acciones militares se producen después de que la Guardia Revolucionaria de Irán atacó a inicios de semana, con misiles balísticos, objetivos del grupo terrorista Estado Islámico en Siria y una base de espías del Mosad israelí en Irak.
Esta nueva operación armada de Teherán aumenta las tensiones en Oriente Medio, donde rebeldes hutíes de Yemen, afines a Teherán, están atacando intereses comerciales occidentales en el Mar Rojo, lo que ha provocado la intervención directa de la Armada de Estados Unidos y de la Royal Navy británica. Todo tiene como telón de fondo la guerra de Israel en Gaza que, tras 100 días, ha dejado 24,000 civiles palestinos muertos.
Pakistán reaccionó calificando el hecho como una “violación no provocada” de su espacio aéreo que “tendrá graves consecuencias”. Los misiles añaden tensión a la espinosa relación diplomática entre Irán y Pakistán, este último uno de los pocos países que cuenta con armas nucleares.
Irán y Pakistán Irán comparten una frontera de 960 kilómetros en la provincia de Sistán-Baluchistán, donde vive la minoría suní de Irán que sufre discriminación y represión por parte del régimen iraní, de mayoría chiita.
En el pasado, Irán ha acusado a Islamabad de albergar y apoyar a grupos terroristas que llevan a cabo ataques transfronterizos y ha amenazado con lanzar incursiones dentro de Pakistán en el pasado. A pesar de sus disputas fronterizas y religiosas, ambos países han intentado mantener cierta cooperación y diálogo en temas como comercio, energía y seguridad. Eso se rompió con el ataque iraní.
Irán lo había combatido con ataques en zonas fronterizas, pero este ataque con misiles y drones en suelo paquistaní marca un punto de inflexión y un enfoque nuevo en su estrategia contra las fuerzas suníes yihadistas.