El líder opositor murió este viernes a los 47 años en la prisión ártica a la que había sido trasladado en diciembre pasado
El autócrata ruso, Vladimir Putin, ha tenido a lo largo de estos últimos 24 años en el poder varios enemigos que a la postre fueron asesinados o murieron bajo extrañas circunstancias. El último en correr esta suerte ha sido Alexei Navalni, informaron medios de prensa internacional.
El líder de la oposición rusa murió el viernes a los 47 años en la prisión ártica a la que había sido trasladado en diciembre pasado.
En opinión de Samantha de Bendern, miembro asociada de la organización Chatham House, la muerte de Navalni no es una sorpresa.
“Boris Nemtsov recibió un disparo frente al Kremlin; Anna Politkovskaya, crítica y periodista de Putin, recibió un disparo el día del cumpleaños de Putin, el abogado fiscal Sergey Magnitsky murió en una prisión rusa, por nombrar solo un puñado de quienes han muerto después de criticar u oponerse a Putin”, asegura. Y, sin embargo, “todavía nos sorprende que el brutal régimen de Putin ataque de nuevo”, añadió De Bendern.
Pero, ¿por qué ahora? “Permitirle morir tan cerca de las elecciones presidenciales plantea una serie de preguntas, entre ellas si Putin tiene tanto miedo de la tracción de Navalni cuando la campaña comienza en serio que tuvo que ser silenciado para siempre”, aseguró la analista de Chatham House.
“También debemos preguntarnos: ¿podría la muerte de Navalny ser contraproducente y finalmente sacar a los rusos a la calle? Ninguna otra muerte destacada de figuras de la oposición dio lugar a protestas. Pero el contexto actual es diferente: Rusia está en guerra en Ucrania y un nuevo candidato de la oposición, Boris Nadezhdin, ha creado un embrionario movimiento pacifista hambriento de cambios en Rusia.
El opositor Nadezhdin, el único aspirante al Kremlin que se opone a la guerra en Ucrania, confirmó este sábado la presentación de un recurso ante el Tribunal Supremo por la negativa de la comisión electoral a registrar su candidatura.