Existe desconcierto en Argentina porque no sabe cómo interpretar e interactuar con ese objeto político no identificado
Los principales sindicatos argentinos estudian la convocatoria de una nueva huelga general para protestar contra las medidas adoptadas por el régimen de Javier Milei.
Uno de los referentes de la Confederación Nacional del Trabajo (CGT), Héctor Daer, adelantó que por el nivel de “conflictos” con el actual gobierno no tienen alternativa que ir a la calle.
Pedro Moyano, otro de los líderes históricos de la CGT, explicó que la cuestión de una nueva huelga general “se está discutiendo” y ha señalado como fecha posible los meses de marzo o abril.
“Que se prepare, porque no nos vamos a cruzar de brazos”, advirtió. Mientras que Daer dijo que “el gobierno está generando todas las condiciones para una nueva medida”.
El secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado, Rodolfo Aguiar, también se refirió a la posibilidad de nuevas movilizaciones y ha advertido de que el peor error que pueden cometer es “abandonar la calle”.
“Frente a un presidente como Milei, que sostiene que el Estado es una asociación criminal, que es el principal enemigo a vencer, el peor error que podríamos cometer los estatales es abandonar la calle”.
Por su parte, uno análisis del diario argentino La Nación opinó este domingo que existe desconcierto en Argentina frente a un presidente indescifrable. “Desconcierto. La política está desorientada porque no sabe cómo interpretar e interactuar con ese objeto político no identificado”, afirmó el diario.
“La caída de la ley ómnibus –de acuerdo a La Nación- marcó el fin de una primera etapa de shock refundacional, esa idea de barrer en dos meses con todo el andamiaje normativo y regulatorio del país, desde la economía hasta la educación. Esa fase maximalista concluyó sin éxito porque Milei no logró imponerle al Congreso su lógica de la excepcionalidad, según la cual la gravedad de la crisis ameritaba un trámite extraordinario de la ley”.
El análisis reconoció que hubo una reacción en el plano operativo, un repliegue de la ambición y la ansiedad de la ley ómnibus a objetivos más acotados y prioritarios como lograr equilibrio fiscal y bajar la inflación, y exhibir fortaleza en la lucha contra la inseguridad.
Milei no solo desafía a todo el establishment a partir de una estrategia comunicacional e ideológica abrumadora. Allí construye un capital simbólico que le permite, por ahora, templar el impacto del ajuste. También desafía la lógica tradicional de gestionar sin hacer política clásica, sin buscar acuerdos, sin generar mayorías parlamentarias, sin calcular costos. Hace política por otras vías. Un experimento inédito a cielo abierto y con la sociedad argentina como espectadora, concluyó La Nación.