No pueden cerrar completamente los párpados cuando duerme, lo que dificulta el descanso y puede afectaciones en la cornea ocultar
El lagoftalmos es la imposibilidad de cerrar los párpados por completo, por lo que las personas suelen dormir con los ojos un poco abiertos, algo que afecta hasta un 20% de la población, dijo el director del Instituto Universitario Fernández-Vega, Jesús Merayo.
Precisó que aunque no impide la conciliación del sueño, puede provocar irritación ocular, sensación de un cuerpo extraño en el ojo y visión borrosa al despertar.
“Incluso puede causar diplopía. Un claro ejemplo es cuando nos despertamos y percibimos una visión doble cuando intentamos ver la hora en el despertador o en el móvil”, manifestó el especialista con motivo del Día Mundial del Sueño, que se celebra este 15 de marzo.
Merayo explicó que las personas necesitan dormir con los ojos cerrados para evitar que entre luz y regular los ciclos de sueño. Además, es un mecanismo de protección para que el globo ocular se mantenga protegido e hidratado. Una apertura pequeña de los párpados puede causar ojo seco y con el paso del tiempo, esta sequedad ocular crónica puede provocar molestias mayores como abrasión corneal, queratitis y úlceras en la córnea, dijo.
El experto también analizó el síndrome de apneas-hipopneas del sueño, que tiene una alta prevalencia en la población general y consiste en que la respiración se detiene y se reinicia muchas veces durante el sueño.
Esto puede estar relacionado con pérdidas de visión, ya que impide la llegada de oxígeno al cerebro y puede provocar que no llegue nutrición a las estructuras oculares.
Según el experto, la falta de sueño no solo repercute en el estado físico y de ánimo. Otros síntomas como ojeras, inflamación y enrojecimiento de los párpados, no solo son preocupaciones estéticas, sino que también influyen en la salud ocular.
“Es recomendable dedicar al sueño el tiempo suficiente para que nuestros ojos también descansen y completen su ciclo de regeneración”, añadió.